Viajar a Egipto para participar en una excavación siempre fue el sueño de Gia. Así que, cuando su universidad le da la oportunidad de trabajar en un proyecto arqueológico en una famosa necrópolis, financiado por un millonario árabe, no duda en abandonarlo todo para incorporarse de inmediato. Ha luchado muchos años para conseguir esa plaza y no piensa desperdiciar el tiempo. Y mucho menos por ese misterioso hombre, de mirada penetrante y porte canalla, que no hace más que cruzarse en su camino desde que pisó El Cairo. Naim Manjour siempre consigue lo que desea. Es guapo, posee dinero y una determinación férrea. Tiene claro que en la vida todo puede conseguirse, y nada ni nadie logra apartarlo de sus objetivos, aunque esos objetivos tengan nombre de mujer. Más en concreto, el de una preciosa extranjera que no puede sacarse de su cabeza y a la que piensa conseguir cueste lo que cueste.