Literatura de alexandre dumas (hijo)
cesarina (libro)
Este libro contiene cinco relatos o novelas breves. «Cesarina», que da título al libro, fue publicada en 1848, el mismo año en que vio la luz su célebre «La dama de las camelia
la dama de las camelias (libro)
La dama de las camelias es una de las novelas más populares de todos los tiempos. Adaptada al teatro y al cine innumerables veces, inspiró incluso una de las óperas más celebra
la dama de las camelias (ilustrado) (libro)
Inspirándose en un personaje real, dibujó Dumas a la «dama de las camelias», una de las heroínas más seductoras de la literatura romántica, cuya «expresión virginal, casi infan
cesarina (libro)
Este libro contiene cinco relatos o novelas breves. «Cesarina», que da título al libro, fue publicada en 1848, el mismo año en que vio la luz su célebre «La dama de las camelias», obra canónica, que ha inspirado piezas de ópera, como «La Traviata», así como numerosas películas.
la dama de las camelias (libro)
La dama de las camelias es una de las novelas más populares de todos los tiempos. Adaptada al teatro y al cine innumerables veces, inspiró incluso una de las óperas más celebradas del XIX: La Traviata, de Giuseppe Verdi. La obra cuenta la imposible historia de amor entre Armand Duval, un apuesto joven de alta alcurnia, y Marguerite Gautier, una bella y angélica cortesana. Juntos tratan de desafiar las rígidas convenciones sociales de su tiempo, entre el esplendor y la hipocresía del París de 1840.
la dama de las camelias (ilustrado) (libro)
Inspirándose en un personaje real, dibujó Dumas a la «dama de las camelias», una de las heroínas más seductoras de la literatura romántica, cuya «expresión virginal, casi infantil» sobrenada en medio de su vida cortesana. El verdadero drama empieza cuando un respetable joven burgués se enamore de ella y ella decida aceptarlo: la moral de esa sociedad burguesa, tan tolerante con las amantes, no tolera que el amor de una cortesana, por sincero que sea, obstaculice la vida burguesa que reserva a sus elegidos. Marguerite resulta así víctima, no tanto de su vida pública y privada, cuanto de la moral hipócrita de su siglo.