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Literatura de annabelle winters
la abogada y el vaquero (libro)
Entró en la sala del tribunal con un traje a medida y un sombrero Stetson. Llevaba un aire de otro tiempo, otro lugar, otro mundo. Un mundo del que quiero formar parte, aunque
la bibliotecaria y el policia (libro)
No debería haber pasado esa luz roja, pero lo hice. No debería haberme subido al coche de ese policía, pero lo hice. No debería haber dicho que sí, pero lo hice. Dije que sí, y
la maestra y el entrenador (libro)
¿Por qué sigo aquí, de pie bajo una farola, con el corazón acelerado, las rodillas débiles, la cabeza dando vueltas por lo que acaba de suceder? Ya debería haberme ido hace muc
la princesa y el pirata (libro)
Su madrastra, la Reina, me contrató para hundir el barco y a todos los que estaban en él. Ella dijo que podía tener lo que quisiera a cambio. Yo digo que seguro. He hundido cie
la abogada y el vaquero (libro)
Entró en la sala del tribunal con un traje a medida y un sombrero Stetson. Llevaba un aire de otro tiempo, otro lugar, otro mundo. Un mundo del que quiero formar parte, aunque me aterrorice. En ese momento sé que soy suyo. ¡Dios mío, soy suya!
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la bibliotecaria y el policia (libro)
No debería haber pasado esa luz roja, pero lo hice. No debería haberme subido al coche de ese policía, pero lo hice. No debería haber dicho que sí, pero lo hice. Dije que sí, y ahora soy suya. ¡Dios mío, soy suya!
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la maestra y el entrenador (libro)
¿Por qué sigo aquí, de pie bajo una farola, con el corazón acelerado, las rodillas débiles, la cabeza dando vueltas por lo que acaba de suceder? Ya debería haberme ido hace mucho tiempo. El tipo es un fenómeno en el mejor de los casos, un criminal en el peor. ¡Soy maestra de cuarto grado! ¡Soy un modelo a seguir! Estoy . . . Estoy . . . Estoy . . . Soy suya. ¡Dios mío, soy suya!
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la princesa y el pirata (libro)
Su madrastra, la Reina, me contrató para hundir el barco y a todos los que estaban en él. Ella dijo que podía tener lo que quisiera a cambio. Yo digo que seguro. He hundido cien barcos en mi vida. Es lo que hago. Pero cuando enarbolo mi bandera negra y choco contra el suave casco de la princesa, me doy cuenta de que no va a ser tan fácil. Porque lo único que quiero es en ese barco. Lo único que quiero es a ella. Sus curvas. Su corazón. Su maldita alma. Ella es mía. ¡Por los dioses del mar salvaje, ella es mía!
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