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Literatura de anne n. reisser
recuerdos de una noche (libro)
Recuerdos de una noche (1987) aparece publicada en las editoriales Violena y Harmex, en 1984 y 1986 respectivamente, con el título de Traicionada por el amor. Ella era una herm
ven amor mío, llámame (libro)
Ella, con sus ojos azules, le sostuvo sin pestañear la mirada. Él intentó penetrar esa barrera, buscando un punto débil. Finalmente, con arrogancia, le preguntó: ¿Dónde conoció
recuerdos de una noche (libro)
Recuerdos de una noche (1987) aparece publicada en las editoriales Violena y Harmex, en 1984 y 1986 respectivamente, con el título de Traicionada por el amor. Ella era una hermosa heredera, alejada de su hogar, que sólo soñaba en ser amada por sí misma. Él no hizo preguntas, se limitó a ser arrogante y seguro de sí mismo. Él se apoderó de su confianza, de su amor, de su pasión. Luego la arrojó dejándola sola con su orgullo frío y porfiado. Ellos habían compartido una noche de encanto, una noche por la que Deborah había pagado infinitas noches de soledad, sola con sus recuerdos y con su pequeño hijo, hasta que una extraña jugada del destino trajo a Storm desde California hasta donde ella estaba. A pesar de ella misma, ello lo ansiaba con desesperación. Ahora él estaba frente a ella. Cuatro años atrás la había usado y traicionado. ¿Su propio corazón la traicionaría a ella?
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ven amor mío, llámame (libro)
Ella, con sus ojos azules, le sostuvo sin pestañear la mirada. Él intentó penetrar esa barrera, buscando un punto débil. Finalmente, con arrogancia, le preguntó: ¿Dónde conoció a mi madre? Vestida con unos simples jeans Raine llegó al lujoso hotel junto al lago Tahoe. ¿Cómo podía saber él que ella no sólo era una famosa artista sino, además, una heredera riquísima? ¿Pensaba él que ella era una cazadora de fortunas? De fortunas no, pero cazadora sí. Una sola mirada le bastó a ella para saber que él era peligroso. Pero ella no era una presa fácil. Raine había compartido el secreto con su madre y había hecho un solemne juramento. Ahora se sentaría a esperar que el avasallador Nick tuviera que tragarse sus palabras.
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