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Literatura de antonio prieto
cartas a un viejo amigo difunto (libro)
Un excatedrático escribe a su amigo fallecido Hilario quien, como él, dedicó su vida a los estudios humanísticos clásicos. En cartas emocionales e impulsivas, lúcidas y erudita
penúltimo cuaderno (libro)
Una reivindicación de la cultura humanística, asediada y cada vez más relegada hoy en día, pero que aquí recobra un sorprendente aliento, quizá porque, como dice el propio auto
tres pisadas de hombre (libro)
Tres pisadas de hombre sorprenderá a los lectores por la concisión, la fuerza expresiva y la profundidad del estilo, por la intensidad y el relieve humano de los tipos y por el
vuelve atrás, lázaro (libro)
En «Vuelve atrás, Lázaro», la tercera novela de Antonio Prieto, que hoy presentamos al público, su autor vuelve a enfrentarse, por encima de procedimientos formales, con esa si
cartas a un viejo amigo difunto (libro)
Un excatedrático escribe a su amigo fallecido Hilario quien, como él, dedicó su vida a los estudios humanísticos clásicos. En cartas emocionales e impulsivas, lúcidas y eruditas, rememora momentos de su vida junto a Hilario entre España e Italia, entreverados con pasajes de la historia imperial romana en la época de Augusto. Confluyen en esta novela epistolar dos periodos históricos, y en ambos aparece el eterno femenino a través de una atractiva Clodia, vinculada al emperador y cantada por los poetas alejandrinos, y una Clodia terrenal, vecina de Tíjola, que fue doméstica de Hilario y laboró en el más antiguo oficio del mundo.
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penúltimo cuaderno (libro)
Una reivindicación de la cultura humanística, asediada y cada vez más relegada hoy en día, pero que aquí recobra un sorprendente aliento, quizá porque, como dice el propio autor, se trata «de una larga tradición que se hace novedad cada vez que unos ojos la existen». No se deje engañar el lector por el matiz de humildad –y casi de ironía– con el que el profesor Antonio Prieto ha titulado esta antología personal de artículos, conferencias y clases porque en estas páginas, de periodos e intenciones diversas, se recoge un encomiable compendio de sabiduría humanística. Si por un lado trazan un recorrido por la memoria vital y los intereses académicos del profesor –con lucidez y erudición pasa de Boscán a La Celestina, de Lope a Moratín, de la novela histórica a la pintura renacentista–, en estos textos, leídos en conjunto, se percibe el latido de una reivindicación de la cultura –clásica, renacentista y aun contemporánea– como tradición, entendida como legado perpetuamente revisitado. Todos los capítulos van antecedidos de sus correspondientes "Introitos", que abarcan desde una consideración "clásica" de la dama por los poetas, de Catulo a Garcilaso, atendiendo al "amor único", al ofrecimiento de inmortalidad, y al uso del nombre ficticio para la amada. Como cierto contraste a este estudio se extiende al capítulo que discurre sobre la invención de Calisto y Melibea, dentro de la historicidad y contienda de La Celestina o sobre la posible influencia de Marcel Proust en el interés de proyectarse histórico de Lope de vega en la biográfica Dorotea.
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tres pisadas de hombre (libro)
Tres pisadas de hombre sorprenderá a los lectores por la concisión, la fuerza expresiva y la profundidad del estilo, por la intensidad y el relieve humano de los tipos y por el subyugante interés de una trama novelesca que la extraordinaria pericia del escritor dosifica a lo largo de la obra, espoleando incesantemente una curiosidad que no da tregua hasta la última página del libro.Un contrabando de esmeraldas sirve de motivo para presentar a los tres personajes esenciales de su obra —⁠⁠Gad, Juan y Luigi⁠⁠— y para urdir su apasionante peripecia.En torno a estos tres hombres, de una verdad, de una humanidad, de una originalidad inusitada, en el ambiente alucinante de una ciudad sudamericana y de la selva amazónica, se desarrollan unas escenas de sobrecogedora fuerza dramática o de una enorme densidad poética.
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vuelve atrás, lázaro (libro)
En «Vuelve atrás, Lázaro», la tercera novela de Antonio Prieto, que hoy presentamos al público, su autor vuelve a enfrentarse, por encima de procedimientos formales, con esa situación límite del hombre ante su muerte. Pero así como Luigi en «Tres pisadas de hombre» y la señora Méndez en «Buenas noches, Argüelles» reaccionaban y se producían en un sentido individualista o particular, ahora, en «Vuelve atrás, Lázaro», su protagonista está «condenado» a morir, no tanto «porque un hombre, después de muerto, no está preparado para vivir», cuanto porque la muerte «ha tocado su rostro hasta exigir la fe para ser reconocido», y esa fe de creer en él no la encuentra. En este sentido, en la conducta hacia Lázaro está simbolizada la falta de fe que nos asiste en muchos aspectos y que ha sido vencida por el egoísmo, la indiferencia, el ansia de vivir o el miedo que nos preocupa hasta obligarnos a olvidar. También Lázaro está condenado a morir porque todos aquellos que le rodean, luchan, más o menos conscientemente, por olvidar, por dejar atrás todo aquello que pueda ligarlos a un pasado que les impida entregarse al ritmo de la vida coetánea. Esto es, con cuanto tiene de denuncia, lo que brillantemente nos comunica Antonio Prieto en esta novela, dotada de un clima denso, a veces obsesionante, perturbador, cuya realización ha exigido una larga y sufrida entrega del autor en sus páginas.
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