Paul Quinton, el gran artista, había sido asesinado. Su cuerpo había aparecido en la misteriosa habitación cerrada, en esa casa en la que no había cerraduras ni llaves. Y solamente siete personas tenían la llave para acceder a esa habitación, siete personas que eran sus mejores amigos… y uno de ellos lo había asesinado. Justus Drum, el exniño prodigio, detective de profesión, decide a petición de los siete implicados hacerse cargo del caso y descubrir al asesino.