Literatura de charles fourier
el falansterio (libro)
Las sociedades tradicionales disponían con frecuencia de instituciones y valores comunitarios: concejos, gremios, trabajos colectivos en el campo, cofradías de todo tipo... has
jerarquía de cornudos (libro)
El tema de la mujer adúltera, del marido engañado, ha sido tratado por infinidad de autores, ya sea en forma parcial o como tema básico de toda una obra. Fourier enfoca el asun
el falansterio (libro)
Las sociedades tradicionales disponían con frecuencia de instituciones y valores comunitarios: concejos, gremios, trabajos colectivos en el campo, cofradías de todo tipo... hasta las auténticas repúblicas colectivistas que eran monasterios y conventos. Pero las transformaciones sociales, económicas y de pensamiento que culminaron en la revolución industrial y en el liberalismo, pusieron el acento en el individuo, al que se intentó desvincular de aquellas agrupaciones próximas que eran vistas como reaccionarias. Las identidades colectivas se hicieron más abstractas (la nación, el pueblo, la humanidad), y promovieron una participación más sentimental que real y, por tanto, quedaron vital y prácticamente más alejadas de las personas. Los que rechazaron este nuevo estado de cosas condenaban su individualismo desde dos posturas opuestas: un tradicionalismo a ultranza que idealizaba el viejo mundo en trance de desaparecer, y un socialismo que quería crear un mundo nuevo. Estos primeros socialistas eran empresarios, intelectuales y políticos que proponían soluciones dispares para superar los abundantes ángulos oscuros de la boyante sociedad capitalista. Más tarde, y de modo despectivo, Marx los motejará de utópicos para así descalificarlos. Entre todos ellos destacó el francés Charles Fourier (1772-1837). Agente de comercio (un trabajo que no le resultaba grato), dedicó un ingente esfuerzo a analizar la sociedad desde presupuestos ilustrados. Rechazaba el industrialismo, el crecimiento urbano y de la población, y el capitalismo comercial, y propuso la que consideró una solución armoniosa: el falansterio. Es una colectividad no excesivamente grande, erigida en en el campo y autosuficiente, que englobaría todas las actividades productivas: agricultura, industria... Ahora bien, lo verdaderamente peculiar es el rechazo absoluto a la especialización, que desde su punto de vista provocaba el hastío ante trabajos deshumanizadores, y hacía inevitable la aparición de clases sociales y jerarquías. Para evitarlo, todos los miembros del falansterio deberían dedicar no más de una hora y media seguida a cada una de las treinta o cuarenta tareas diferenciadas en las que deberían rotar. Fourier detalló hasta un grado de precisión llamativo los más nimios detalles de su falansterio: su arquitectura y decoración, el número y horario de las comidas, los repartos de beneficios y remuneraciones (que nunca son por el trabajo concreto hecho, sino como miembros de la comunidad), hasta las cinco horas de sueño para los pobres, y cinco y media para los ricos (pues ambos subsisten, aunque tiendan a homogeneizarse)... Es posible que nos llame la atención saber que los zapatos durarán diez años, que el trabajo será gratificante, que el comedor colectivo servirá mejores platos que los mejores restaurantes de su tiempo, y que la sana emulación entre los distintos equipos de trabajo será suficiente para lograr la eficiencia. Ahora bien, cuando descubrimos las tareas que les serán encomendadas a los niños, quizás nos preguntemos si, en lugar de una Utopía nos encontramos ante el anuncio de las Distopías que el siglo XX va a llevar a la práctica...
jerarquía de cornudos (libro)
El tema de la mujer adúltera, del marido engañado, ha sido tratado por infinidad de autores, ya sea en forma parcial o como tema básico de toda una obra. Fourier enfoca el asunto desde otro punto de vista: lo analiza, lo enumera y lo despliega como una baraja de naipes. Cada uno de los cornudos es descrito minuciosamente en su esencia fundamental por una mentalidad lúcida y con un profundo conocimiento de la sociedad. Juega con todas las cartas, las despliega a su antojo, las une, las entrelaza, las mezcla, y salen de su manga setenta y siete cornudos… Jerarquía de cornudos podría ser un pequeño diccionario en el que cada víctima puede encontrar su propia descripción, donde otros pueden sentir una rabia loca y en el que la mayoría reconocerá a sus semejantes y soltará la burla que caerá después sobre él. Para Fourier, el principio de esta desgracia radica en el matrimonio, sin su existencia el cornudo no se daría. El único defecto que han señalado algunos críticos a este libro, es que Fourier no diera algún tipo de consuelo para los desafortunados, ya que si bien son propietarios de un bien raíz del cual los otros sólo usufructan, es la mujer quien tiene todas las ventajas y desventajas del trabajo. De este mundo es del que nos habla Fourier, como para hacer sangrar aún más la herida de “los dolidos”, y que von Bayros se deleita ilustrando lúbricas escenas en las que, como decía Balzac: “Un amante enseña a una mujer todo aquello que el marido le oculta”.