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Literatura de charles mitchell
diez centavos por su piel (libro)
Aquella mañana de mayo en que Dan Maculay transpuso la puerta de la penitenciaría, después de cinco años de confinamiento, pudo experimentar lo que cualquier mortal sentiría si
el canto del hacha (libro)
Sir Percival Macomber, quinto Barón de Blandford, Conde de Leicester, Caballero de la Orden de Saint-Albano, y otra serie de minucias que ahora no vienen al caso, se hallaba aq
el diablo de la selva (libro)
Un rinoceronte es una fiera de más de dos toneladas que, visto de cerca inspira cualquier sentimiento, menos cariño maternal. Quizás fuera ese el motivo por el cual mi cliente,
ellos, los muertos (libro)
El agente de policía y veterano de la II Guerra Mundial Theodoro W. Martin, un nada amable (y sí muy realista) tipo duro que anda por ahí abofeteando damiselas sospechosas y co
los ojos de las serpiente (libro)
El jueves, al salir de su oficina, Jerry Logan vio a una rubia estupenda paseando por la acera. Jerry se echó hacia atrás el sombrero, silbó, se ofreció galantemente para prohi
no dispares, querida (libro)
Cuando, al cabo de una semana, abrí por vez primera los ojos para tropezar con una preciosa enfermera, pensé, volviendo a entornar los párpados, que debía estar pasando el perí
un cadáver a medida (libro)
Un camionero, en un parada de carretera es abordado por una mujer. A partir de ahí, el apellidado Kane se ve mezclado en una turbia historia donde lo secuestran, golpean y su c
diez centavos por su piel (libro)
Aquella mañana de mayo en que Dan Maculay transpuso la puerta de la penitenciaría, después de cinco años de confinamiento, pudo experimentar lo que cualquier mortal sentiría si le fuera concedida la facultad de nacer con uso de razón. Dan volvió al mundo ese soleado día, descubriendo por vez primera en su vida la belleza de los verdes árboles, el vuelo de los pájaros y la línea infinita del horizonte sin tapias de ladrillo ni límites de hierro. Anduvo extasiado por la calle, contemplando con infantil arrobo los brillantes escaparates, el rodar de los coches y el bullir de la vida a su alrededor en mil diferentes formas y cosas.
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el canto del hacha (libro)
Sir Percival Macomber, quinto Barón de Blandford, Conde de Leicester, Caballero de la Orden de Saint-Albano, y otra serie de minucias que ahora no vienen al caso, se hallaba aquella noche en el «pub»({2}) de «La Ballena Sin Dientes», contando sus tribulaciones al propio señor Jones, propietario del establecimiento, que, con los brazos en jarra detrás del mostrador de estaño, escuchaba a Sir Percy con el gesto entre aburrido y resignado, que se suele esbozar cuando la radio del vecino toca esa canción que no nos gusta.
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el diablo de la selva (libro)
Un rinoceronte es una fiera de más de dos toneladas que, visto de cerca inspira cualquier sentimiento, menos cariño maternal. Quizás fuera ese el motivo por el cual mi cliente, Bruce Látimer, se pusiera nervioso hasta el extremo de descerrajar la cabeza, con un tiro de rifle, a uno de los porteadores negros de la safari, que se encontraba a más de veinte metros del animal.
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ellos, los muertos (libro)
El agente de policía y veterano de la II Guerra Mundial Theodoro W. Martin, un nada amable (y sí muy realista) tipo duro que anda por ahí abofeteando damiselas sospechosas y corredores de apuestas, y que decide vengar la muerte de su amigo Corrigan (otro veterano, además de pintor reconocido —y manco, tras la guerra—, que se metió en asuntos turbios).
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los ojos de las serpiente (libro)
El jueves, al salir de su oficina, Jerry Logan vio a una rubia estupenda paseando por la acera. Jerry se echó hacia atrás el sombrero, silbó, se ofreció galantemente para prohijarla, y la rubia, poniéndose unas gafas negras, dobló la esquina. El viernes, al ir a entrar en un drugstore a comprar cigarrillos al otro extremo de la ciudad, volvió a encontrarla mirando un escaparate de ropas interiores. Era una casualidad, y antes de espantarla nuevamente, se dedicó a contemplarla con arrobo. Vargas, para su célebre calendario de la «Coca-Cola», no hubiera encontrado una modelo con unos perfiles más de reglamento.
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no dispares, querida (libro)
Cuando, al cabo de una semana, abrí por vez primera los ojos para tropezar con una preciosa enfermera, pensé, volviendo a entornar los párpados, que debía estar pasando el período más soñador de alguna magnífica borrachera. La voz de ocarina del teniente Fulton vino a zambullirme de lleno en la realidad. Yo, cuando celebro «alguna», no acostumbro a soñar en hombres, y mucho menos en el podenco de Fulton que, desde que a su lado consumí mis mejores años en calidad de guardia raso, no es santo de mi devoción.
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un cadáver a medida (libro)
Un camionero, en un parada de carretera es abordado por una mujer. A partir de ahí, el apellidado Kane se ve mezclado en una turbia historia donde lo secuestran, golpean y su compañero de viaje, que en teoría quedó a la espera, borracho, en una población anterior, aparece muerto en el compartimento de carga. El personaje comenzará una huida de la policía para demostrar su inocencia y descubrir el motivo de todo lo que acontece.
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