Literatura de eduardo blanco amor
la catedral y el niño (libro)
La catedral y el niño es una novela descriptiva, especialmente de la vida y costumbres de Orense, o como la llama siempre el autor, Auria, ciudad fundada por los romanos, cerca
la parranda (libro)
La novela, «comenzada por una visión seminconsciente de mi infancia» dice su autor, fue escrita de un tirón, en poco más de un mes. El escritor parecía liberarse así de viejos
los miedos (libro)
Eduardo Blanco Amor (Orense, 1897 - Vigo, 1979), en 1919 se va a Buenos Aires, y es colaborador de los más importantes periódicos de Hispanoamérica y profesor extraordinario de
la catedral y el niño (libro)
La catedral y el niño es una novela descriptiva, especialmente de la vida y costumbres de Orense, o como la llama siempre el autor, Auria, ciudad fundada por los romanos, cerca del rio Miño, famosa por sus aguas termales, por el puente de Trajano y sobre todo por una catedral del siglo XIII, que pretende encarnar el espíritu de sus habitantes. Los canónigos rigen la ciudad y dan la pauta a su aristocracia tradicionalista, a pesar de la resistencia de un grupo progresista, representado por la prensa y por unas pocas familias pudientes. Una de éstas, los Torralbas, protagonizan la novela, contada en primera persona por Luis Torralba, niño de ocho años al principio del relato, hijo de un matrimonio separado, que vive unas veces con su madre en la casa solariega de frente de la catedral, y otras en el pazo de su padre. Todas las experiencias vitales del niño con su familia y la ciudad son transferidas por éste a ese coloso de piedra, con el cual lucha por arrancarle el misterio de su poder. De ahí el acertado titulo de la obra.
la parranda (libro)
La novela, «comenzada por una visión seminconsciente de mi infancia» dice su autor, fue escrita de un tirón, en poco más de un mes. El escritor parecía liberarse así de viejos fantasmas. Blanco-Amor concentra en ella todo un mundo marginal de prostitutas, camorristas, machos elementales y machos con corazón de mujer, en una ciudad, Auria, que podía ser cualquiera de la lastimada geografía española de principios de siglo. La parranda es la novela de un crimen, de una muerte que se espera desde el principio y que el escritor retrasa, sabiamente, bajo el celaje ritual de la lluvia, monótona, constante, interminable. Pero es también la historia de la tensión secreta de un personaje, «Milhomes» (Milhombres), que partícipe de un itinerario violento de veinticuatro horas con dos compañeros de borrachera y juerga, se arrastra hacia un previsible y violento final presidido por la muerte.
los miedos (libro)
Eduardo Blanco Amor (Orense, 1897 - Vigo, 1979), en 1919 se va a Buenos Aires, y es colaborador de los más importantes periódicos de Hispanoamérica y profesor extraordinario de las Universidades de Chile, Uruguay y Nacional de La Plata. Ha fundado y dirigido numerosas publicaciones y a su impulso se deben empresas teatrales de alta calidad: «Teatro Español de Cámara», «Teatro Popular Gallego», etc. Ha publicado dos libros de poesía en castellano y tres en gallego; su ensayo Chile a la vista es una obra de gran resonancia. Su producción en prosa es más tardía y admirablemente madura. La catedral y el niño fue aplaudida sin reservas por la crítica, y a esta novela siguió A esmorga, que en edición castellana se titula La parranda.Con Los miedos, Eduardo Blanco Amor fue finalista del Premio Eugenio Nadal 1961. Se trata de una novela de calidad excepcional por su estilo, de perfección desacostumbrada en la narrativa de hoy, y apasionante por su realismo humanísimo, tratado al mismo tiempo con refinamiento y crudeza. En ella, unos niños —Pedro Pablo, Diego, Rosa Andrea y Roque Lois— pasan sus vacaciones, como todos los años, en la finca de su abuela, situada en la Galicia rural. Se aproxima el gran ritual báquico de la vendimia y, día tras día, amenaza el reencuentro con la escuela. Como todos los años se abre un paréntesis feliz de cuatro meses. Pero este año se introducirá en la vida de los niños un elemento nuevo: el miedo. Y no se trata ya de los miedos imprecisos, e incluso líricos, que pueblan las noches indefensas de la infancia: miedo a la oscuridad, a los lobos, a los ladrones. Ahora será el miedo al mundo de los adultos, que los niños irán descubriendo estupefactos y horrorizados. Y deslumbrados también. No entenderán sus rituales, su minuciosa y absurda regulación de relaciones. Y, especialmente, no entenderán el sexo, el más decisivo descubrimiento de aquel verano. Con una prosa tersa y unos diálogos precisos e irónicos, Blanco Amor ha construido una novela excepcional sobre las angustias que anticipan la eclosión de la adolescencia.