Literatura de fernando garcía calderón
nadie muere en zanzíbar (libro)
Mi nombre es Mei, porque nací con las lluvias más intensas que mi padre recordaba, las de un mayo que trajo desgracias a mi pueblo, pero siendo todavía niño lo perdí. [¿] Un dí
para olvidar quién fuiste (libro)
Un relato de la Europa de la posguerra que nos traslada desde el campo de concentración de Mauthausen hasta la Alemania de los encubridores de criminales del nazismo, el Vatica
nadie muere en zanzíbar (libro)
Mi nombre es Mei, porque nací con las lluvias más intensas que mi padre recordaba, las de un mayo que trajo desgracias a mi pueblo, pero siendo todavía niño lo perdí. [¿] Un día, huyendo de una reprimenda, me subí a una acacia y me quedé allí a pasar la noche. Dormido, no escuché los gritos de los míos, afanados en mi búsqueda. Desde entonces fui Chui, que en su idioma significa leopardo; un felino solitario al que los árboles sirven de cama. Tengo otros nombres. Yusuf, Goa, Fernando y Ferdinand Okello. Me dedico a negocios de importación y exportación, para lo que recorro medio mundo todos los años. Vengo a España, sin embargo, por vez primera. Mi nacionalidad actual, facilitada por un matrimonio de conveniencia, es la inglesa. Soy divorciado y reconozco por hijo a un chiquillo despierto que estudia en un colegio de Londres y para el que querría construir un imperio.
para olvidar quién fuiste (libro)
Un relato de la Europa de la posguerra que nos traslada desde el campo de concentración de Mauthausen hasta la Alemania de los encubridores de criminales del nazismo, el Vaticano, la España preconstitucional y una Lisboa que recibe con júbilo la revolución de los claveles. Una Europa en evolución, marco irrepetible para la persecución sin cuartel de uno de los muchos médicos tristemente famosos por el trato que concedieron a los prisioneros de la contienda mundial. Esta novela escapa de las clásicas obras de género para construir un relato intimista, poco complaciente, de unos cazanazis que hipotecaron su futuro en el empeño de no olvidar y, a la vez, ser olvidados