¡Hey, tú, sí, tú! ¿Qué planes tienes para las próximas Navidades? Te lo pregunto por si puedo copiarte alguno. No te molesta, ¿verdad? Sí, ya lo sé. Te estarás preguntando: ¿y tú quién eres, tía? Pues soy Clara (Clarita para los amigos), y después del desastre de las pasadas fiestas, he decidido organizar la Navidad del siglo y pegarnos un festival de tres pares de narices, que se recuerde en la posteridad. Estoy dispuesta a todo para que mi segundo año en Liverpool sea memorable, aunque para eso acabe hundiendo un negocio, me arresten por robar una piña, pise caca de perro en una fiesta de la jet set, y conozca al amor de mi vida al empotrarme contra su coche. Casi nada, ¿verdad? Espera, ¿qué acabas de decir? ¡¿Que no te lo crees?! Pues, entonces, búscate un asiento cómodo, algo para comer y sigue leyendo, porque vas a flipar con mi historia. Luego no digas que no te avisé.

¿Quieres ser testigo de la derrota de un golfo? Gonzalo es un pichabrava. Está buenísimo, tiene gancho con las mujeres, y, cómo no, la palabra «novia» le da urticaria, porque huye de las relaciones como si del apocalipsis se tratase. El juego de la seducción no tiene ningún secreto para él, y el único amorío estable que aspira a tener en su vida es con el gimnasio. Sin embargo, no cuenta con un factor trascendental que puede cambiar de golpe su cómoda forma de pensar: ELLA. ¿Quién es ELLA? ¿Por qué le flipa todo lo que hace? ¿Qué clase de pájara mental le nubla la mente cada vez que la tiene delante? ELLA es divertida, habla por los codos, está loca por el mar y, quizás, lo más importante: va a por él.

Valentina no soporta a Héctor, es un hecho. Héctor aborrece a Valentina, cree que está loca de remate. Ella no quiere verlo ni en pintura. Él prefiere estar rodeado de víboras a tenerla delante. Ella se divierte molestándolo a todas horas. Él está harto de verla pulular por su casa, como si tuviese todo el derecho a hacerlo. No se aguantan, no se gustan, no se miran, no tienen nada en común. Muchos sentimientos hacia el otro, pero ninguno de ellos es amor. ¡Ni de coña! Aunque, si todo eso es cierto, ¿puede una carta inesperada, un engaño planeado y un viaje a Capri, cambiarlo todo y lograr que esa aversión se transforme en algo totalmente opuesto? Irreverente, divertida, romántica, así es Ni una pizca de amor. La pregunta es, ¿te atreves a descubrirla?