Literatura de g. l. hipkiss
a río revuelto (libro)
Se puso el sombrero. Salió a la calle. Se detuvo bajo la marquesina con el cigarrillo en la mano. No llegó a encenderlo. El sol hirió su retina al centellear sobre un objeto de
acción (libro)
Allá en el Palacio de Justicia, el profesor Lamming se paseaba de un lado para otro de su celda dando vivas muestras de impaciencia. Tenía un plan para recobrar la libertad per
al fuego con fuego (libro)
John Bascombe se sentó a su mesa de despacho y examinó el montón de correspondencia llegada aquella mañana. Uno por uno examinó los sobres. Adivinaba, poco más o menos, su cont
bajo la sombra del cadalso (libro)
Llevaba Milton Drake dos días en Nueva York cuando sucedió. Y, aunque la cosa era seria, no le dio él, en el primer momento, la importancia que había de tener. Durante dos días
cadáveres desplazados (libro)
La azafata, de espaldas en aquello momentos, no se dio cuenta de nada. Los demás viajeros no parecieron dar al incidente la menor importancia. Milton Drake, que había observado
cae el antifaz (libro)
El motor empezó a fallar. Sonia echó una mirada al marcador que tenía delante de ella y masculló algo entre dientes. Marcaba veinticinco litros, ¡la misma cantidad que cuando p
cargamento de estrellas (libro)
El jefe se mostró sorprendido por la brusquedad con que había tomado semejante determinación. Le preguntó qué era lo que se proponía hacer y cuanto era lo que esperaba ganar má
cargamento humano (libro)
Se ganaba mucho dinero con los chinos que deseaban entrar ilegalmente en los Estados Unidos. Pagaban un pasaje exorbitante y desembarcaban en el interior de grandes cajones de
cayo del muerto (libro)
Kebble había vuelto. Inesperadamente. Cuando todos le daban por muerto. ¿Al cabo de cuántos años? ¿Quince? ¿Veinte? Nadie recordaba ya la fecha de su partida Pero la ocasión no
chang (libro)
Sonia se dejó caer sobre el césped a dos pasos de la cantarina fuente. Oliver Grimm se sentó a su lado. Las notas de un vals lento llegaron a sus oídos desde allende el bosquec
con la vida en un hilo (libro)
El inspector Tobares se puso en pie. No llamaba él franqueza, sino cinismo, a lo que el doctor Cabrales había mostrado; pero no valía le pena discutirlo. Comprendía que el paci
cuando la bestia aulló (libro)
Una nube cubrió la faz de la luna. El bosquecillo quedó envuelto en oscuridad y silencio. La muchacha se detuvo. No era valiente y aquello la impresionaba. De buena gana hubies
de la llama de la antorcha (libro)
Milton conocía a Brigthon. Había hecho más de un crucero en su yate «Yankee Doodle». Volvió a ponerse en contacto con Trans-Radio y pidió radiaran un nuevo mensaje al yate, sup
desfalcadores en comandita (libro)
LUCILLE clavó sus pupilas en Adam Verse. Nunca, desde que se conocieron, le había visto así. Nunca, antes, con aquel aspecto sombrío, con la mueca que ahora curvaba sus labios
donde menos se piensa... (libro)
Sin esperar a ver el resultado de su disparo, oprimió el gatillo de nuevo, corriendo hacia la ventana. Saltó por ella arrastrando tras sí ramas y flores sin darse cuenta de que
dos mil onzas de oro (libro)
Eran las diez de la noche. Los reclusos descansaban. Los celadores rondaban por los pasillos manteniendo su acostumbrada vigilancia. Reinaban la tranquilidad y el silencio. Nad
el accionista fantasma (libro)
Seca la voz. Ominoso el gesto. Preñada de posibilidades letales la palabra, como el cañón de la pistola que se le había interpuesto entre el rostro y el libro del conserje. La
el antifaz verde (libro)
Las tres de la madrugada. Noche obscura, sin luna. Las tinieblas poblaban la alcoba. Milton Drake, cansado, dormía. Un leve chirrido, tan leve, que a pesar del silencio casi hu
el castillo maldito (libro)
Milton saboreó la taza de excelente café y miró, con una sonrisa, a su anfitrión. Estaban de sobremesa. El multimillonario había aceptado la invitación del amigo al que, desde
el diablo es un caballero (libro)
Se detuvo, nerviosa, junto a las cortinas, apretando con fuerza el bolso de teatro cuajado de pedrería contra el pecho. Iba de negro vestido de noche, chaquetón de piel, un gua
el dilema de grimm (libro)
Merry Boles se puso en pie. El que, en plena Ley Seca, había sido propietario de una cadena de speakeasies o bares clandestinos, hoy dirigía un club nocturno y restaurante cuya
el hijo del encapuchado (libro)
Estaba subida a un roble. Acurrucada en la bifurcación de una rama. Los bejucos, pendientes en festones, formaban densa cortina y un medio de acceso a los árboles colindantes p
el hijo del sol (libro)
Rumor de pasos que corren. Un grito femenino. El impacto de un golpe y una maldición mascullada. Milton Drake se detuvo en seco. Giró sobre los talones. Corrió hacia la calleju
el idilio de bob derril (libro)
Tres cosas hicieron impacto en el subconsciente de Milton: el ruido de un disparo, el eco de una queja ahogada y un golpe sordo como el que produce un pesado cuerpo al dar en t
el país de los fantasmas (libro)
Milton Drake obtuvo del conserje las señas de una librería donde pudieran encontrarse obras extranjeras, y se dirigió a ella con el propósito de adquirir publicaciones sobre Ha
el palacio de las sombras (libro)
Milton Drake echó a fondo el acelerador. Aún le faltaba la mitad del camino por recorrer. Washington había quedado muy atrás. Las primeras casas de Laurel se divisaban ya en la
el quinto jinete (libro)
La comitiva desfiló lentamente por las calles de Baltimore. Los comercios habían cerrado. Eran catorce los ataúdes y las autoridades presidían el duelo. Catorce víctimas. Cator
el secreto de laura plankton (libro)
A las once de la mañana del día once del mes once de mil novecientos diez y ocho, en el preciso momento en que el mundo entero celebraba con grandes arrebatos de alegría la fir
el zar del hampa (libro)
Se la había tragado la tierra. No encontraba rastro suyo por ninguna parte. De Yola. Ni de Sobraski. Inútil movilizar agencias detectivescas por todo Francia. Inútil correr de
fardos, tablones y tiros (libro)
Se oyó un chasquido en la oscuridad… ruido de un peso leve al tocar el suelo… rumor de pisadas cautelosas… Un cono de luz taladró las tinieblas e hizo impacto en una de las bal
fósiles humanos (libro)
De su breve estancia en la villa y corte no guardaba muy buen recuerdo. A raíz de su llegada había caído en manos de secuestradores cuyo evidente objeto era impedir que se pers
frente a frente (libro)
Guillermo López Hipkiss nació en el seno de una familia de clase media. Su padre era cocinero de la familia Mora y Aragón y su madre institutriz de los hijos de esta familia. A
fuego de la antorcha (libro)
El año 1835, sin ningún motivo aparente que lo abonase, Arnold Farrow liquidó de la noche a la mañana sus plantaciones de Carolina del Sur, traspasó la propiedad de cerca de un
fuerzas siniestras (libro)
En una casa de los alrededores de Baltimore se alza una casa, que parece desierta, y nadie ha visto desde hace años, hay sentados cinco hombres trazando un plan para hacer caer
iblis (libro)
La bailarina india se retiró de la pista entre una salva de aplausos. Los focos se apagaron. Encendiéronse las luces. La orquesta atacó los primeros compases de una música de b
la antorcha (libro)
El Encapuchado fue un folletín policiaco de calidad que gustaba al lector por su estilo elegante. Contenía ingredientes que siempre atraen al lector: intriga, emoción, amor, ac
la arquilla de cristal (libro)
Milton Drake bajó del coche-cama y miró a su alrededor. Era de noche, pero la estación estaba brillantemente iluminada y el andén parecía un hormiguero de gente. William Garth,
la boda del encapuchado (libro)
La mujer no habló. Ni parpadearon sus ojos. La mano izquierda, inmóvil, sujetaba la lámpara de bolsillo que poco antes apagara. Parecía convertida en piedra. Sólo una cosa dela
la caja de pandora (libro)
Milton Drake leyó la noticia sin gran interés. La muerte violenta de un criminal había dejado de constituir, en rigor, noticia desde hacía tiempo. Raro era el día en que los pe
la cámara vacía (libro)
El detective dio un puntapié a la puerta, cerrándola. Luego empezó a subir la escalera, sujetando al hombre cuidadosamente por debajo de los brazos, mientras Paddy le sostenía
la ceremonia nupcial (libro)
Las invitaciones habían sido extendidas y enviadas. Los periódicos anunciaban ya el próximo enlace del conocido multimillonario Milton Drake con Mavis Donovan, sobre cuya novel
la dama de los brillantes (libro)
Garth no se hallaba ya con él. Había recibido instrucciones y marchado a obedecerlas. Milton se guardó el telegrama y fue a visitar a unos amigos y, un par de horas más tarde r
la doncella del nilo (libro)
La cena había terminado. Los invitados se habían esparcido por el jardín en su mayoría, aunque algunos habían formado grupos en la sala y charlaban animadamente. La señora Vest
la herencia de bill garth (libro)
Una familia que había dedicado, evidentemente, su vida a la Ley. Buscó el timbre y no lo encontró. En su lugar vio el tirador de una campanilla. Llamó. Llegó a sus oídos el tin
la isla del marjal (libro)
Sonó un chasquido en la oscuridad. Una franja de penumbra se dibujó en las tinieblas; se obturó en parte, como si un cuerpo opaco se hubiera interpuesto, y desapareció, totalme
la leyenda del castillo (libro)
Enfrentado con la idea de tenerme que entregar, temió que la explicación que él diera de su presencia estuviera en pugna con mis declaraciones y no vio más solución del problem
la llamada angustiosa (libro)
Los dos hombres fueron charlando animadamente casi todo el camino. Brand parecía muy familiarizado con el mundo de las finanzas. Sealwood, cajero de un importante banco, encont
la llave (libro)
Pensaba Leila en el sorprendente cambio que se obrara en su jefe cuando introdujo el llavín en la cerradura y entró en la casa de Glenning. No vio a Ben en el vestíbulo. Segura
la mision de la antorcha (libro)
Durante diez minutos la mujer no se atrevió a respirar siquiera. Estudiaba, con temor, todos los cambios de fisonomía de su esposo y, cada vez que éste la miraba, se encogía ot
la misión termina (libro)
La piragua serpenteó por entre la hierba acuática perenne, rozó nenúfares y azucenas de agua guiada hábilmente por el seminola. El sol rielaba en las inquietas aguas y los clar
la muerte acecha (libro)
Fuerzas siniestras trabajan en la sombra. Osados atracos. Robos inauditos. Concurridísimos locales, desvalijados en plena fiesta. Un reguero de sangre señala el paso del ENCAPU
la muerte de yvonne (libro)
Abrió la cajita. Sacó de ella el dije. Lo sacudió sobre un papel para desalojar la película que contenía. Y, mientras la colocaba en el aparato con ayuda de unas pinzas, el ins
la muerte guarda el secreto (libro)
El viento huracanado barría la superficie del mar. Las encrespadas olas, convertidas en acuáticas murallas, avanzaban inexorables para estrellarse contra el acantilado, y alzar
la muerte navega (libro)
Oliver Grimm, inspector de la policía, se propuso hacer un viaje de placer en el CARlBBEAN QUEEN, pues tenía la seguridad de que «La Antorcha» viajaría también en aquel barco.
la muerte sintética (libro)
Milton se detuvo unos segundos, aguzando los oídos. La obscuridad era completa. El silencio, absoluto. Todos sus esfuerzos por penetrar las tinieblas con la mirada resultaron e
la muerte talla (libro)
La Antorcha encuentra robando fórmulas en unos laboratorios secretos, a Yvonne Sobraski. Consigue recuperarlas y se las entrega al responsable del laboratorio Wrangle, quien le
la pitonisa (libro)
Un negro alto, vestido a la europea, pero con turbante, abrió la puerta y les condujo a una sala donde ya había numerosas personas esperando. Tomó la tarjeta de Brentwood y se
la traición de ivonne (libro)
Miami resplandecía como una joya. Era un islote luminoso anclado en un mar de tinieblas. Como gajo desgarrado de su costa y arrastrado por la corriente, el «Druid» navegaba mar
la trampa (libro)
El doctor McKinley ha sido secuestrado. El Encapuchado acude en su ayuda. El secuestro se resuelve felizmente, pero al inspector Oliver Grimm, se le ocurre como tenderle una tr
la tumba de piedra (libro)
Eran tres los hombres que viajaban con Yvonne Sobraski. Uno conducía, otro le acompañaba en el pescante. El tercero se hallaba sentado junto a ella en el interior. Yvonne estab
las parcas (libro)
Lincoln Fields no volvió derecho a su casa después de salir de Devonshire Street. Tomó el auto que había dejado parado a la puerta y se dirigió a Somerset House, Registro Centr
los documentos del fiscal (libro)
Ivy Ledborn, secretaria de confianza del Fiscal del Distrito, es asaltada en su casa por Bruce Cardigan, alias «Gentleman» Bruce. Desea que destruya unos documentso que el fisc
lucha en el lago (libro)
La risa cascabelina sacudió a Milton, despertó su recuerdo y atrajo su mirada hacia el lugar de donde había partido. En la mesa vecina, una mujer joven, de deslumbrante belleza
mercaderes del dolor (libro)
Una carta de La Antorcha al Encapuchado le hace investigar el internamiento del doctor McKinley , en un manicomio.
muerte improvisada (libro)
La nueva desaparición de Yola había dejado a Milty alicaído. La posibilidad de que volviese a Norteamérica y se cruzaran nuevamente sus caminos era tan remota, que a las pocas
nido de criminales (libro)
Marvis ha sido secuestrada. El Encapuchado investiga el último lugar donde se sabía que iba a ir, el restaurante de Tedeschini, un tipo sospechoso por sus negocios oscuros. El
noche de sorpresas (libro)
El Encapuchado fue un folletín policiaco de calidad que gustaba al lector por su estilo elegante. Contenía ingredientes que siempre atraen al lector: intriga, emoción, amor, ac
noche macabra (libro)
Milton seguro Drake se despertó bruscamente sin saber qué era lo que le había sacado de su sueño. Estaba de que había soñado algo, de que, subconscientemente, había llamado su
nostalgia (libro)
La piragua se deslizaba silenciosamente por los canalizos. El canalete no hacía ruido alguno al sumergirse en el agua a uno u otro costado de la embarcación, ni pronunciaba pal
paraíso recobrado (libro)
La llamada angustiosa, perentoria, vibrante, sacó al multimillonario de la especie de letargo en que se hallaba sumido. La voz era inconfundible: era Sonia la que con tanta urg
perlas y sangre (libro)
En la gran habitación, sólo un punto se veía iluminado: la superficie de una mesa de despacho. Sólo un ruido se oía: el rasgueo de una pluma al deslizarse sobre el papel. Aun e
sandy (libro)
En el círculo de mortecina luz proyectado por el farol del muelle, los dos hombres se encontraron. Mediaron palabras: conciliadoras unas, insultantes las otras. Brilló, siniest
sangre del dragón (libro)
En el lujoso establecimiento de Valtham Seaward no había más que un cliente cuando Milton Drake abrió la puerta, un chino vestido a la europea que contemplaba la bandeja de pie
tarántula (libro)
Marcus Seeker, alto, corpulento, entrecano, de facciones que parecían talladas en granito, contempló, satisfecho, los numerosos invitados que llenaban el salón. Aquella fiesta,
terrible sentencia (libro)
Había llegado el día anterior en compañía de Sonia Larding y Oliver Grimm, con mucho más retraso del originalmente acordado. Recordarán nuestros lectores la promesa de Sonia de
terror en pensilvania (libro)
La indecente rapidez con que se dio sepultura al difunto Wainwright, el hecho de que no se llevara a cabo investigación alguna, ni se hiciera la autopsia, ni se tomase declarac
tortura infinita (libro)
Una sombra apareció dibujada en el vidrio esmerilado del despacho número veinte. Una mano llamó, tímidamente, con los nudillos. Luego, como si la visita descubriera de pronto o
un esqueleto sin nombre (libro)
Los escogidos fueron trasladados en avión de ventanillas translúcidas al punto que había de convertirse en residencia suya y lugar de trabajo durante tiempo indefinido. El apar
un perro llamado afghan (libro)
Pasó junto a él. Como una exhalación. Después de pedir, con insistencia, paso. Una mujer iba al volante, rubia, hermosa, cuadrada la mandíbula, comprimidos los labios, fija en
una mente tenebrosa (libro)
La casa constaba de planta baja y un piso. Parterres por delante. Parque por detrás. Bien separado de la vivienda y al otro lado de la pantalla de vegetación, había un edificio
víctima propiciatoria (libro)
La casa Malcolm & Dredger no busca deslumbrar a los que pasan por delante de su único escaparate. Éste es pequeño y rara vez se exhiben en él joyas de gran valor. La joyería ha
¡yo los reduzco a cenizas! (libro)
Salió, apresuradamente, de la biblioteca, donde habían estado celebrando el conciliábulo y, momentos más tarde, abandonaba Druid’s Hollow en el cochecito de dos plazas. Sonrió
«alquimia» (libro)
Llamaba la atención. Iba sin sombrero, y el negro y ondulado cabello le caía en cascada sobre los hombros. En contraste, la blancura del ovalado rostro de ojos grandes, los pul
a río revuelto (libro)
Se puso el sombrero. Salió a la calle. Se detuvo bajo la marquesina con el cigarrillo en la mano. No llegó a encenderlo. El sol hirió su retina al centellear sobre un objeto de acero. Se tiró al suelo de bruces.
acción (libro)
Allá en el Palacio de Justicia, el profesor Lamming se paseaba de un lado para otro de su celda dando vivas muestras de impaciencia. Tenía un plan para recobrar la libertad perdida. Pero necesitaba ayuda, la de un simple intermediario que transmitiera un mensaje del que esperaba resultados positivos. No es fácil conseguir un enlace cuando se sabe que todo aquél que con uno intente entrevistarse será sometido a vigilancia. Existía, no obstante, un medio, y a él había recurrido: exigir que se le proporcionara un abogado.
al fuego con fuego (libro)
John Bascombe se sentó a su mesa de despacho y examinó el montón de correspondencia llegada aquella mañana. Uno por uno examinó los sobres. Adivinaba, poco más o menos, su contenido por el membrete de la casa que le escribía. Escogió, de entre todos, uno que carecía de nombre de remitente. Iba escrito a máquina y, a juzgar por el matasellos, había sido echado al correo en Baltimore el día anterior.
bajo la sombra del cadalso (libro)
Llevaba Milton Drake dos días en Nueva York cuando sucedió. Y, aunque la cosa era seria, no le dio él, en el primer momento, la importancia que había de tener. Durante dos días, como decimos, se había dedicado a celebrar entrevistas con unos y con otros, atendiendo a varios asuntos que desde hacía tiempo requerían su atención. Fue el tercero, al regresar al hotel en que se alojaba, cuando hizo el descubrimiento. No hizo más que entrar en su cuarto y se dio cuenta de que había recibido una visita no autorizada durante su ausencia.
cadáveres desplazados (libro)
La azafata, de espaldas en aquello momentos, no se dio cuenta de nada. Los demás viajeros no parecieron dar al incidente la menor importancia. Milton Drake, que había observado la maniobra, miró a su esposa, que estaba sentada a su lado, y vio reflejada en sus ojos la misma extrañeza que lo sucedido le causaba a él. Porque a los pasajeros les estaba vedada la entrada a la parte de proa de la aeronave, y no existía motivo alguno para que ninguno de ellos hiciese caso omiso de la prohibición.
cae el antifaz (libro)
El motor empezó a fallar. Sonia echó una mirada al marcador que tenía delante de ella y masculló algo entre dientes. Marcaba veinticinco litros, ¡la misma cantidad que cuando pasara por delante de la última bomba de gasolina! Miró por segunda vez, para asegurarse. No cabía la menor duda: el indicador estaba estropeado. El motor pareció toser por última vez y se paró. El coche rodó unos metros más y se detuvo a su vez.
cargamento de estrellas (libro)
El jefe se mostró sorprendido por la brusquedad con que había tomado semejante determinación. Le preguntó qué era lo que se proponía hacer y cuanto era lo que esperaba ganar más en otra parte. Estaba muy satisfecho de su trabajo y comportamiento y, si la cantidad que mencionaba no era absurdamente elevada, tenía la intención de dársela para que no dejara la casa.
cargamento humano (libro)
Se ganaba mucho dinero con los chinos que deseaban entrar ilegalmente en los Estados Unidos. Pagaban un pasaje exorbitante y desembarcaban en el interior de grandes cajones de madera que según se creía, contenían maquinaria Pero los guardacostas sorprendían al barco que llevaba a los chinos, entonces…ERAN ECHADOS AL MAR. Se amasaron grandes fortunas y perecieron millares de Infelices, sacrificados por sus verdugos, hasta que «EL ENCAPUCHADO» y su extraña y misteriosa compañera, aquella mujer enigmática y valerosa, es decir: «LA ANTORCHA».
cayo del muerto (libro)
Kebble había vuelto. Inesperadamente. Cuando todos le daban por muerto. ¿Al cabo de cuántos años? ¿Quince? ¿Veinte? Nadie recordaba ya la fecha de su partida Pero la ocasión no podía olvidarse. Por la publicidad que se dio al asunto. Por la aureola romántica de que se rodeó a la empresa. Una goleta de dos palos y cinco tripulantes. ¿Profesional? Ninguno. Socios todos del «Club Náutico de Baltimore». Si no ricos, acomodados por lo menos. Se recordaba el carácter de los navegantes. Gente joven, sedienta de aventuras. Osada. Contando con su rebosante energía y la firmeza de sus propósitos para contrarrestar su falta de experiencia.
chang (libro)
Sonia se dejó caer sobre el césped a dos pasos de la cantarina fuente. Oliver Grimm se sentó a su lado. Las notas de un vals lento llegaron a sus oídos desde allende el bosquecillo. La luz de un foco vecino se filtró por entre las hojas de los árboles, trazando un complicado encaje de luces y sombras alrededor de la pareja.
con la vida en un hilo (libro)
El inspector Tobares se puso en pie. No llamaba él franqueza, sino cinismo, a lo que el doctor Cabrales había mostrado; pero no valía le pena discutirlo. Comprendía que el paciente había dicho cuanto pensaba decir y que era inútil continuar interrogándole siquiera y salió del cuarto.
cuando la bestia aulló (libro)
Una nube cubrió la faz de la luna. El bosquecillo quedó envuelto en oscuridad y silencio. La muchacha se detuvo. No era valiente y aquello la impresionaba. De buena gana hubiese vuelto a la casa. Pero le daba tanto miedo retroceder como seguir adelante. ¿Por qué se le habría ocurrido acceder a una cita? ¿Qué necesidad tenía de aventurarse por allí en plena noche?
de la llama de la antorcha (libro)
Milton conocía a Brigthon. Había hecho más de un crucero en su yate «Yankee Doodle». Volvió a ponerse en contacto con Trans-Radio y pidió radiaran un nuevo mensaje al yate, suplicando a Brigthon dijera a su mujer que Clarkson había muerto y que podía regresar tranquilamente a casa cuando quisiese. Y, no pudiendo hacer nada más, se dispuso a esperar los días que faltaban para saber qué decisión tomaba Mavis.
desfalcadores en comandita (libro)
LUCILLE clavó sus pupilas en Adam Verse. Nunca, desde que se conocieron, le había visto así. Nunca, antes, con aquel aspecto sombrío, con la mueca que ahora curvaba sus labios tensos, casi blancos por la fuerza con que los fruncía.
donde menos se piensa... (libro)
Sin esperar a ver el resultado de su disparo, oprimió el gatillo de nuevo, corriendo hacia la ventana. Saltó por ella arrastrando tras sí ramas y flores sin darse cuenta de que las había tocado siquiera. A poca distancia de la casa, corriendo en dirección a la verja, un hombre se volvió un instante para dirigir un tiro a su perseguidor. La bala pasó por encima de la cabeza de Milton que, deteniéndose para apuntar mejor, devolvió el fuego.
dos mil onzas de oro (libro)
Eran las diez de la noche. Los reclusos descansaban. Los celadores rondaban por los pasillos manteniendo su acostumbrada vigilancia. Reinaban la tranquilidad y el silencio. Nada hacía suponer que iba a figurar aquella noche como fecha memorable en los anales de la Penitenciaría del Estado de Arkansas.
el accionista fantasma (libro)
Seca la voz. Ominoso el gesto. Preñada de posibilidades letales la palabra, como el cañón de la pistola que se le había interpuesto entre el rostro y el libro del conserje. La contempló con sobresalto. Palideció intensamente. Empezó a levantar los brazos intentando, en vano, dominar el temblor convulsivo que le sacudía el cuerpo.
el antifaz verde (libro)
Las tres de la madrugada. Noche obscura, sin luna. Las tinieblas poblaban la alcoba. Milton Drake, cansado, dormía. Un leve chirrido, tan leve, que a pesar del silencio casi hubiera pasado inadvertido. Silencio de nuevo. La acompasada respiración del durmiente no se alteró.
el castillo maldito (libro)
Milton saboreó la taza de excelente café y miró, con una sonrisa, a su anfitrión. Estaban de sobremesa. El multimillonario había aceptado la invitación del amigo al que, desde hacía tiempo, no había visto.
el diablo es un caballero (libro)
Se detuvo, nerviosa, junto a las cortinas, apretando con fuerza el bolso de teatro cuajado de pedrería contra el pecho. Iba de negro vestido de noche, chaquetón de piel, un guante puesto y otro quitado. La mano desnuda sujetaba el borde del alzado cuello como para ocultar, todo lo posible, el semblante. Los dedos asían con tal fuerza, que los nudillos blanqueaban. Casi llena la sala, desde la pista hasta las inmediaciones de la puerta. Las luces, amortiguadas Una bailarina trenzaba, en aquellos instantes, los complicados pases de una exótica danza.
el dilema de grimm (libro)
Merry Boles se puso en pie. El que, en plena Ley Seca, había sido propietario de una cadena de speakeasies o bares clandestinos, hoy dirigía un club nocturno y restaurante cuya cocina y cuyos espectáculos gozaban de envidiable fama y lo convertían en punto de cita de lo mejor de Nueva York.
el hijo del encapuchado (libro)
Estaba subida a un roble. Acurrucada en la bifurcación de una rama. Los bejucos, pendientes en festones, formaban densa cortina y un medio de acceso a los árboles colindantes para una persona ágil. Pero ¿de qué servía emular a los monos si con ello no se lograba alejar la amenaza? De los colmillos. De aquellos curvos colmillos largos que la hubiesen deshecho el cuerpo y que la estaban aguardando. Veinticinco centímetros medía cada uno por lo menos. Amarillos, retorcidos, goteando aún sangre de la pantera que yacía inerte a pocos pasos.
el hijo del sol (libro)
Rumor de pasos que corren. Un grito femenino. El impacto de un golpe y una maldición mascullada. Milton Drake se detuvo en seco. Giró sobre los talones. Corrió hacia la callejuela de donde el sonido partía. Irrumpió en escena cuando más falta hacia su presencia al parecer.
el idilio de bob derril (libro)
Tres cosas hicieron impacto en el subconsciente de Milton: el ruido de un disparo, el eco de una queja ahogada y un golpe sordo como el que produce un pesado cuerpo al dar en tierra. El conjunto bastó para despertarle, aunque sin que recordara qué era lo que, le había sacado de su profundo sueño.
el país de los fantasmas (libro)
Milton Drake obtuvo del conserje las señas de una librería donde pudieran encontrarse obras extranjeras, y se dirigió a ella con el propósito de adquirir publicaciones sobre Haití y aprender algo de la isla. La librería era grande. Tenía una sección dedicada al libro extranjero. Y los estantes reservados a obras norteamericanas e inglesas estaban atestados de libros.
el palacio de las sombras (libro)
Milton Drake echó a fondo el acelerador. Aún le faltaba la mitad del camino por recorrer. Washington había quedado muy atrás. Las primeras casas de Laurel se divisaban ya en la distancia. Quería estar en Baltimore aquella noche y el sol tocaba a su ocaso.
el quinto jinete (libro)
La comitiva desfiló lentamente por las calles de Baltimore. Los comercios habían cerrado. Eran catorce los ataúdes y las autoridades presidían el duelo. Catorce víctimas. Catorce seres inocentes que habían perdido la vida en el espantoso siniestro, culminación de la serie que sembrara el pánico entre las más importantes compañías de seguros de Norteamérica.
el secreto de laura plankton (libro)
A las once de la mañana del día once del mes once de mil novecientos diez y ocho, en el preciso momento en que el mundo entero celebraba con grandes arrebatos de alegría la firma del armisticio, allá en los arrabales de Baltimore la señorita Laura Plankton encerraba su coche en el garaje, despedía a toda la servidumbre, echaba los postigos a las ventanas y el cerrojo a la puerta de su palacete, y se aislaba definitivamente del mundo, de sus alegrías, y de sus tristezas, sin haber comunicado a ser viviente alguno el motivo de determinación semejante.
el zar del hampa (libro)
Se la había tragado la tierra. No encontraba rastro suyo por ninguna parte. De Yola. Ni de Sobraski. Inútil movilizar agencias detectivescas por todo Francia. Inútil correr de uno a otro extremo del país siguiendo una posible pista. Todas, a fin de cuentas, conducían a lo mismo: al fracaso rotundo y completo.
fardos, tablones y tiros (libro)
Se oyó un chasquido en la oscuridad… ruido de un peso leve al tocar el suelo… rumor de pisadas cautelosas… Un cono de luz taladró las tinieblas e hizo impacto en una de las balas amontonadas a ambos lados de la espaciosa nave. La persona que manejaba la lámpara de bolsillo se fue acercando. Una mano enguantada pasó por encima del cono de luz y se posó en la bala de tela, apretándola suavemente.
fósiles humanos (libro)
De su breve estancia en la villa y corte no guardaba muy buen recuerdo. A raíz de su llegada había caído en manos de secuestradores cuyo evidente objeto era impedir que se personase en casa del notario a tiempo y perdiera, por consiguiente, todos sus derechos a la herencia. Fallada la primera intentona, se le había atacado de nuevo en la habitación de su propio hotel; pero tampoco habían logrado sus enemigos consumar sus nefastos propósitos.
frente a frente (libro)
Guillermo López Hipkiss nació en el seno de una familia de clase media. Su padre era cocinero de la familia Mora y Aragón y su madre institutriz de los hijos de esta familia. Al morir su padre siendo él un niño, su madre decidió volver a Inglaterra con sus cuatro hijos, de ahí que aprendiese tan bien el inglés, lo que le sirvió al regresar a España ya de adulto y buscar trabajo como traductor. Guillermo López Hipkiss fue un escritor de novelas de misterio, aventuras en su mayoría dentro del género detectivesco. Su primer personaje fue Diamond Dick, con más de treinta títulos entre 1933-1936. En 1942 creó el personaje de Yuma en la colección Hombres Audaces, que duró cuatro años. En 1944 trabajó en la Editorial Bruguera con el personaje Perry Baxton firmando como Rafael Molinero. El 6 de abril de 1957 falleció prematuramente de un cáncer de colon.
fuego de la antorcha (libro)
El año 1835, sin ningún motivo aparente que lo abonase, Arnold Farrow liquidó de la noche a la mañana sus plantaciones de Carolina del Sur, traspasó la propiedad de cerca de un millar de esclavos, y se trasladó, con toda su familia, a Baltimore.
fuerzas siniestras (libro)
En una casa de los alrededores de Baltimore se alza una casa, que parece desierta, y nadie ha visto desde hace años, hay sentados cinco hombres trazando un plan para hacer caer a La Antorcha en una trampa. Está les esta aruinado los negocios. Empiezan secuestrando a Garth...
iblis (libro)
La bailarina india se retiró de la pista entre una salva de aplausos. Los focos se apagaron. Encendiéronse las luces. La orquesta atacó los primeros compases de una música de baile. Poco, a poco las parejas fueron gravitando hacia el centro de la sala para entregarse a las delicias del tango.
la antorcha (libro)
El Encapuchado fue un folletín policiaco de calidad que gustaba al lector por su estilo elegante. Contenía ingredientes que siempre atraen al lector: intriga, emoción, amor, acción y enmascarados. Los hechos transcurrían en Baltimore en los años cuarenta, época de mafias y malhechores. Los protagonistas eran yanquis. En esa ciudad había una justiciera llamada La Antorcha; un millonario, Milton Drake, aburrido con ganas de hacer el bien que se convertirá en El Encapuchado y un inspector que va tras ellos. El protagonista se debate entre el amor de dos mujeres. Una narrativa sencilla y virtuosa que nos trasladaba a ambientes de película de cine negro americano. El Encapuchado fue un éxito y todo un logro teniendo en cuenta que eran novelas que se tenían que escribir muy rápidamente. Tanta fue su popularidad que en 1947 su personaje salto al cómic con dibujos de Adriano Blasco.
la arquilla de cristal (libro)
Milton Drake bajó del coche-cama y miró a su alrededor. Era de noche, pero la estación estaba brillantemente iluminada y el andén parecía un hormiguero de gente. William Garth, que observaba a los viajeros que se iban apeando desde un punto estratégico, interceptó el movimiento que el multimillonario hacía con el brazo y se abrió paso por entre la gente hasta llegar a su lado, tomando las dos maletas que un mozo negro ofrecía a su jefe desde el tren.
la boda del encapuchado (libro)
La mujer no habló. Ni parpadearon sus ojos. La mano izquierda, inmóvil, sujetaba la lámpara de bolsillo que poco antes apagara. Parecía convertida en piedra. Sólo una cosa delataba la enorme tensión a que se hallaban sujetos sus nervios: los dedos de la mano derecha, cuyos nudillos blanqueaban. El hombre miró los papeles que dicha mano sostenía.
la caja de pandora (libro)
Milton Drake leyó la noticia sin gran interés. La muerte violenta de un criminal había dejado de constituir, en rigor, noticia desde hacía tiempo. Raro era el día en que los periódicos no dieran alguna noticia por el estilo. Y el hecho de que apareciera el cadáver flotando en la bahía tampoco podía considerarse una novedad. Total, que el suceso no parecía tener circunstancia alguna lo bastante misteriosa para que pudiera interesarle. La policía procuraría descubrir algo.
la cámara vacía (libro)
El detective dio un puntapié a la puerta, cerrándola. Luego empezó a subir la escalera, sujetando al hombre cuidadosamente por debajo de los brazos, mientras Paddy le sostenía por las piernas. Le llevaron dentro a un cuarto que el detective tenía siempre dispuesto para alojar cualquier visita inesperada y, una vez le hubieron echado en la cama, Paddy se marchó, sin aguardar órdenes, mientras O’Hara le quitaba al otro la chaqueta y le rasgaba la camisa.
la ceremonia nupcial (libro)
Las invitaciones habían sido extendidas y enviadas. Los periódicos anunciaban ya el próximo enlace del conocido multimillonario Milton Drake con Mavis Donovan, sobre cuya novelesca historia aún se publicaban comentarios. Para nada se mencionaba el matrimonio civil, celebrado con anterioridad. A Mavis se le antojaba que de hablar de él, el matrimonio canónico perdería, para muchos, todo su interés.
la dama de los brillantes (libro)
Garth no se hallaba ya con él. Había recibido instrucciones y marchado a obedecerlas. Milton se guardó el telegrama y fue a visitar a unos amigos y, un par de horas más tarde regresaba al hotel con una invitación en el bolsillo. Como había previsto, cuatro telegramas urgentes le aguardaban, todos ellos de Mavis, y todos ellos dándole cuenta de que faltaba media hora menos que en el momento de haber sido expedido el anterior.
la doncella del nilo (libro)
La cena había terminado. Los invitados se habían esparcido por el jardín en su mayoría, aunque algunos habían formado grupos en la sala y charlaban animadamente. La señora Vestry estaba encantada del éxito de la fiesta a la que habían acudido muchos más personajes de los que había esperado. Los Vestry, marido y mujer, eran de procedencia humilde y habían hecho fortuna en muy pocos años aprovechando una serie de circunstancias favorables.
la herencia de bill garth (libro)
Una familia que había dedicado, evidentemente, su vida a la Ley. Buscó el timbre y no lo encontró. En su lugar vio el tirador de una campanilla. Llamó. Llegó a sus oídos el tintineo lejano. Aguardó. Transcurrieron los segundos sin que ningún otro ruido procediera de dentro. Volvió a llamar. Y, apenas se apagó el eco del segundo campanillazo, la puerta se abrió silenciosamente unos centímetros sin que se hubiera oído, previamente, el rumor de los pasos de nadie.
la isla del marjal (libro)
Sonó un chasquido en la oscuridad. Una franja de penumbra se dibujó en las tinieblas; se obturó en parte, como si un cuerpo opaco se hubiera interpuesto, y desapareció, totalmente, de nuevo. No se oyó más sonido que los acordes del tango que tocaba la orquesta en el salón, al otro extremo de la casa, para solaz de los invitados de Kenneth Clarkson.
la leyenda del castillo (libro)
Enfrentado con la idea de tenerme que entregar, temió que la explicación que él diera de su presencia estuviera en pugna con mis declaraciones y no vio más solución del problema que matarme. Pero esto también ofrecía sus dificultades. No estaba él muy tranquilo, porque era demasiado falsa su posición. Por eso apenas se dio cuenta de que pensaba en alta voz, costumbre que suelen adquirir todos los que viven solos y tienen poco trato con sus semejantes, caso en el que se encuentra, indudablemente, nuestro amigo.
la llamada angustiosa (libro)
Los dos hombres fueron charlando animadamente casi todo el camino. Brand parecía muy familiarizado con el mundo de las finanzas. Sealwood, cajero de un importante banco, encontraba la conversación muy de su agrado.
la llave (libro)
Pensaba Leila en el sorprendente cambio que se obrara en su jefe cuando introdujo el llavín en la cerradura y entró en la casa de Glenning. No vio a Ben en el vestíbulo. Seguramente se hallaría en la cocina fregando la vajilla, si es que Glenning había comido en casa, cosa que no hacía con demasiada frecuencia. Oyó como si descorcharan una botella de champaña en el despacho y supuso que su jefe tendría visita. Aunque le extrañaba. Porque, ni era bebedor el abogado, ni amigo de invitar a los que acudieran a verle.
la mision de la antorcha (libro)
Durante diez minutos la mujer no se atrevió a respirar siquiera. Estudiaba, con temor, todos los cambios de fisonomía de su esposo y, cada vez que éste la miraba, se encogía otra vez, como si hubiera recibido un latigazo. Conocía por experiencia los accesos de cólera de Kenneth Clarkson y no ignoraba que cualquier movimiento, cualquier gesto, podría provocar un estallido que adquiriría caracteres homicidas.
la misión termina (libro)
La piragua serpenteó por entre la hierba acuática perenne, rozó nenúfares y azucenas de agua guiada hábilmente por el seminola. El sol rielaba en las inquietas aguas y los claros resultaban deslumbrantes por contraste con las sombrías profundidades de los cipresales.
la muerte acecha (libro)
Fuerzas siniestras trabajan en la sombra. Osados atracos. Robos inauditos. Concurridísimos locales, desvalijados en plena fiesta. Un reguero de sangre señala el paso del ENCAPUCHADO que parece haber enloquecido. El inspector Grimm, con incredulidad primero y rindiéndose a la evidencia después, emprende la persecución ¡del ENCAPUCHADO, convertido ya en vulgar asesino con renovados bríos. LA ANTORCHA interviene, cae en una emboscada y está a punto de perder la vida. Sonia Larding llega a tiempo para salvarla; pero la encuentra herida y sin conocimiento y descubre su verdadera identidad al curarle la herida. Entretanto el inspector Grimm sigue la pista del ENCHAPUCHADO y se introduce en la casa de Milton sin darse cuenta de que La muerte acecha. Y cuando, indefenso y herido, está a punto de recibir el tiro de gracia, es Milton, precisamente, quien se presenta y le salva de lo que él había considerado una muerte cierta.
la muerte de yvonne (libro)
Abrió la cajita. Sacó de ella el dije. Lo sacudió sobre un papel para desalojar la película que contenía. Y, mientras la colocaba en el aparato con ayuda de unas pinzas, el inspector y el coronel tomaron asiento en una de las tres filas de butacas que completaban el mobiliario de la estancia.
la muerte guarda el secreto (libro)
El viento huracanado barría la superficie del mar. Las encrespadas olas, convertidas en acuáticas murallas, avanzaban inexorables para estrellarse contra el acantilado, y alzarse luego, pulverizadas, hacia la cima. Los relámpagos se sucedían sin interrupción, iluminando vivamente, con su tétrico resplandor, la tarde sumida en la oscuridad por la tormenta.
la muerte navega (libro)
Oliver Grimm, inspector de la policía, se propuso hacer un viaje de placer en el CARlBBEAN QUEEN, pues tenía la seguridad de que «La Antorcha» viajaría también en aquel barco. Y añadió que cuando su amigo Milton Drake iba a algún sitio, la misteriosa «Antorcha» aparecía poco después. Todo fue bien hasta que desaparecieron «Las Perlas» de la señora Shandon, robadas, según aseguró la víctima, por «El Encapuchado».
la muerte sintética (libro)
Milton se detuvo unos segundos, aguzando los oídos. La obscuridad era completa. El silencio, absoluto. Todos sus esfuerzos por penetrar las tinieblas con la mirada resultaron estériles. Todo intento de oír por encima de los latidos de su propio corazón, algún susurro que indicara la presencia de alguien más en el cuarto, resultó vano.
la muerte talla (libro)
La Antorcha encuentra robando fórmulas en unos laboratorios secretos, a Yvonne Sobraski. Consigue recuperarlas y se las entrega al responsable del laboratorio Wrangle, quien le encarga viguilar de otros dos laboratorios. La antorcha reclama ayuda al El Encapuchado.
la pitonisa (libro)
Un negro alto, vestido a la europea, pero con turbante, abrió la puerta y les condujo a una sala donde ya había numerosas personas esperando. Tomó la tarjeta de Brentwood y se retiró con ella, dejando a los recién llegados cambiando impresiones con algunas de las visitas a quienes ya conocían.
la traición de ivonne (libro)
Miami resplandecía como una joya. Era un islote luminoso anclado en un mar de tinieblas. Como gajo desgarrado de su costa y arrastrado por la corriente, el «Druid» navegaba mar adentro, dejando tras sí una estela fosforescente. Pero de la luminosidad del islote se había llevado muy poco al desprenderse: sólo un manchón rojo a babor, otro verde a estribor, la luz blanca a proa y otra luz, blanca también, colgada del mástil, cinco metros más alta que la primera.
la trampa (libro)
El doctor McKinley ha sido secuestrado. El Encapuchado acude en su ayuda. El secuestro se resuelve felizmente, pero al inspector Oliver Grimm, se le ocurre como tenderle una trampa al Encapuchado para capturarle.
la tumba de piedra (libro)
Eran tres los hombres que viajaban con Yvonne Sobraski. Uno conducía, otro le acompañaba en el pescante. El tercero se hallaba sentado junto a ella en el interior. Yvonne estaba contenta. Tenía en sus manos algo que cualquier nación del mundo hubiera dado una fortuna por poseer.
las parcas (libro)
Lincoln Fields no volvió derecho a su casa después de salir de Devonshire Street. Tomó el auto que había dejado parado a la puerta y se dirigió a Somerset House, Registro Central de Nacimientos, Defunciones y Matrimonios, así como de Últimas Voluntades y sede de las oficinas recaudadoras de contribuciones. En este magnífico edificio, cuya fachada principal da al Embankment a la altura del Puente de Waterloo, permaneció unas horas consultando documentos y tomando notas.
los documentos del fiscal (libro)
Ivy Ledborn, secretaria de confianza del Fiscal del Distrito, es asaltada en su casa por Bruce Cardigan, alias «Gentleman» Bruce. Desea que destruya unos documentso que el fiscal tiene en su despacho, para ello le presiona secuestrando a su hijo. La Antorcha acude en su ayuda.
lucha en el lago (libro)
La risa cascabelina sacudió a Milton, despertó su recuerdo y atrajo su mirada hacia el lugar de donde había partido. En la mesa vecina, una mujer joven, de deslumbrante belleza, ojos negros muy grandes y tez tan blanca como azabache era su cabellera, reía escuchando algo que contaba uno de los que la acompañaban. La reconoció enseguida. Era la primera vez que la veía vestida de blanco; pero nunca la había encontrado más bella que en aquellos instantes.
mercaderes del dolor (libro)
Una carta de La Antorcha al Encapuchado le hace investigar el internamiento del doctor McKinley , en un manicomio.
muerte improvisada (libro)
La nueva desaparición de Yola había dejado a Milty alicaído. La posibilidad de que volviese a Norteamérica y se cruzaran nuevamente sus caminos era tan remota, que a las pocas horas de abandonar el aeródromo había cristalizado en su cerebro la idea de no esperar a que la casualidad volviera a reunirles. Iría él en su busca. Cruzaría el Atlántico con la esperanza de encontrarla.
nido de criminales (libro)
Marvis ha sido secuestrada. El Encapuchado investiga el último lugar donde se sabía que iba a ir, el restaurante de Tedeschini, un tipo sospechoso por sus negocios oscuros. El Encapuchado ayuda a un tipo en apuros, Bill Garth, que se covierte en su aliado.
noche de sorpresas (libro)
El Encapuchado fue un folletín policiaco de calidad que gustaba al lector por su estilo elegante. Contenía ingredientes que siempre atraen al lector: intriga, emoción, amor, acción y enmascarados. Los hechos transcurrían en Baltimore en los años cuarenta, época de mafias y malhechores. Los protagonistas eran yanquis. En esa ciudad había una justiciera llamada La Antorcha; un millonario, Milton Drake, aburrido con ganas de hacer el bien que se convertirá en El Encapuchado y un inspector que va tras ellos. El protagonista se debate entre el amor de dos mujeres. Una narrativa sencilla y virtuosa que nos trasladaba a ambientes de película de cine negro americano. El Encapuchado fue un éxito y todo un logro teniendo en cuenta que eran novelas que se tenían que escribir muy rápidamente. Tanta fue su popularidad que en 1947 su personaje salto al cómic con dibujos de Adriano Blasco. De hecho, El encapuchado de Hipkiss compitió en popularidad con El Coyote de José Mallorquí Figuerola.
noche macabra (libro)
Milton seguro Drake se despertó bruscamente sin saber qué era lo que le había sacado de su sueño. Estaba de que había soñado algo, de que, subconscientemente, había llamado su atención algún ruido extraño. Aguzó el oído, sin decidirse a encender aún la luz.
nostalgia (libro)
La piragua se deslizaba silenciosamente por los canalizos. El canalete no hacía ruido alguno al sumergirse en el agua a uno u otro costado de la embarcación, ni pronunciaba palabra alguna el hombre que lo manejaba. Parecía centrar todo su empeño en internarse más y más por la pantanosa región donde el sol, al filtrarse por entre las ramas, parecía tejer un fantástico enrejado de luz y sombra y proyectarlo sobre las plantas acuáticas de que estaba sembrada la líquida superficie.
paraíso recobrado (libro)
La llamada angustiosa, perentoria, vibrante, sacó al multimillonario de la especie de letargo en que se hallaba sumido. La voz era inconfundible: era Sonia la que con tanta urgencia le llamaba.
perlas y sangre (libro)
En la gran habitación, sólo un punto se veía iluminado: la superficie de una mesa de despacho. Sólo un ruido se oía: el rasgueo de una pluma al deslizarse sobre el papel. Aun este murmullo se apagó de pronto. El hombre sentado a la mesa se inmovilizó. La pluma quedó suspendida sobre la escritura.
sandy (libro)
En el círculo de mortecina luz proyectado por el farol del muelle, los dos hombres se encontraron. Mediaron palabras: conciliadoras unas, insultantes las otras. Brilló, siniestro, un puñal. Un grito de sorpresa, de dolor, de rabia. Un silbato puebla la noche con sus estridencias. El asesino mira a su víctima, lanza el puñal al agua, gira sobre los talones y se pierde por la vecina callejuela perseguido por el vigilante que, momentos antes, diera la alarma.
sangre del dragón (libro)
En el lujoso establecimiento de Valtham Seaward no había más que un cliente cuando Milton Drake abrió la puerta, un chino vestido a la europea que contemplaba la bandeja de piedras preciosas que un dependiente acababa de sacar para su examen. El dueño de la joyería vio a Milton, le reconoció y le salió al encuentro, deshecho en sonrisas.
tarántula (libro)
Marcus Seeker, alto, corpulento, entrecano, de facciones que parecían talladas en granito, contempló, satisfecho, los numerosos invitados que llenaban el salón. Aquella fiesta, como cuantas daba, estaba siendo un éxito. La prensa neoyorquina haría la reseña en tono encomiástico, la gente se disputaría sus invitaciones. No estaba muy lejano el día, se dijo, en que recibir una invitación de Marcus Seeker representaría la consagración definitiva, el único sello de distinción, la única prueba de que al agraciado le había abierto las puertas la buena sociedad.
terrible sentencia (libro)
Había llegado el día anterior en compañía de Sonia Larding y Oliver Grimm, con mucho más retraso del originalmente acordado. Recordarán nuestros lectores la promesa de Sonia de presentarse con él mucho antes. No la había cumplido, por deseo expreso de los padres. No habiendo el matrimonio Drake trazado ningún plan definitivo para entonces, habían preferido, en el último instante, dejarle en el colegio hasta que finalizara el curso, cosa que acababa de suceder.
terror en pensilvania (libro)
La indecente rapidez con que se dio sepultura al difunto Wainwright, el hecho de que no se llevara a cabo investigación alguna, ni se hiciera la autopsia, ni se tomase declaración al personal de la mina, despertó tal curiosidad en ciertas esferas, que un periódico de Wyoming despachó a un redactor con el exclusivo objeto de que investigara por su cuenta el suceso. Pero cometió un error: el de anunciar su partida y misión a bombo y platillo. Nada de particular tuvo, por consiguiente, que a las diez horas de su llegada a las inmediaciones de la mina Campbell, apareciera el desgraciado periodista colgado de uno de los árboles del camino.
tortura infinita (libro)
Una sombra apareció dibujada en el vidrio esmerilado del despacho número veinte. Una mano llamó, tímidamente, con los nudillos. Luego, como si la visita descubriera de pronto otro medio para dar a conocer su presencia, sonó un timbre.
un esqueleto sin nombre (libro)
Los escogidos fueron trasladados en avión de ventanillas translúcidas al punto que había de convertirse en residencia suya y lugar de trabajo durante tiempo indefinido. El aparato empleado fue siempre el mismo. La dotación, escogida por la F. B. I., de absoluta garantía. Y ya estaba todo dispuesto para iniciar el traslado de materiales, aparatos y documentos, cuando la aeronave sufrió un accidente en el que perecieron carbonizados cuántos la tripulaban.
un perro llamado afghan (libro)
Pasó junto a él. Como una exhalación. Después de pedir, con insistencia, paso. Una mujer iba al volante, rubia, hermosa, cuadrada la mandíbula, comprimidos los labios, fija en la carretera la mirada. ¿Huyendo? ¿De quién? El bramido de una bocina le obligó a ceñirse a la cuneta de nuevo. El segundo automóvil silbó al pasarle, inclinado sobre el volante su conductor, con un brazo por la ventanilla el que le acompañaba.
una mente tenebrosa (libro)
La casa constaba de planta baja y un piso. Parterres por delante. Parque por detrás. Bien separado de la vivienda y al otro lado de la pantalla de vegetación, había un edificio menor. Era su aspecto el de un simple cobertizo. Pero albergaba uno de los laboratorios mejor equipados de todo Norteamérica. El profesor Claxton tendría unos cuarenta y cinco años escasos, pero ya se había convertido en una especie de leyenda. A él se debían numerosos descubrimientos, a él la solución de diversos problemas que en vano intentaran resolver con anterioridad químicos de altura. Por eso le había construido el Estado aquella casa junto a la bahía. Por eso trabajaba ahora por cuenta del Ministerio de la Guerra.
víctima propiciatoria (libro)
La casa Malcolm & Dredger no busca deslumbrar a los que pasan por delante de su único escaparate. Éste es pequeño y rara vez se exhiben en él joyas de gran valor. La joyería ha huido de Broadway, refugiándose en una de las bocacalles donde parece querer ocultarse, porque su iluminación es discreta y no hace alarde de, como otras de su género, de grandes muestras con tubos neón.
¡yo los reduzco a cenizas! (libro)
Salió, apresuradamente, de la biblioteca, donde habían estado celebrando el conciliábulo y, momentos más tarde, abandonaba Druid’s Hollow en el cochecito de dos plazas. Sonrió torvamente cuando, al salir a la avenida de Pensilvania vio en el espejo retrovisor que otro coche viajaba detrás del suyo y a corta distancia. Los hombres de Iblis, por lo visto, tenían la orden de no perderle de vista un solo instante.
«alquimia» (libro)
Llamaba la atención. Iba sin sombrero, y el negro y ondulado cabello le caía en cascada sobre los hombros. En contraste, la blancura del ovalado rostro de ojos grandes, los pulposos labios rojos y la nariz exquisitamente modelada le daban un aspecto exótico que atraía hacia ella todas las miradas.