Literatura de jaime torres bodet
balzac (libro)
En el transcurso de estas páginas, exentas de toda exageración ya sea documental o interpretativa, los actos, el espíritu y las obras de Balzac recobran las tres dimensiones de
narrativa completa 1 (libro)
Los «Contemporáneos», esencialmente poetas y ensayistas, dejaron muy escasa producción narrativa. De entre ellos, sólo Jaime Torres Bodet (1902-1974) publicó varios volúmenes —
tiempo de arena (libro)
El nacimiento de una vocación, el mundo cotidiano en que se enriquece, los contactos con la vida familiar y social desde la infancia hasta los años de juventud y, sobre todo, l
balzac (libro)
En el transcurso de estas páginas, exentas de toda exageración ya sea documental o interpretativa, los actos, el espíritu y las obras de Balzac recobran las tres dimensiones de la vida. En flexible secuela de tiempo y espacio comparecen y ocupan su sitio, los rígidos años escolares, con sus húmedas reclusiones en la prisión del Liceo de Vendôme y sus pequeños triunfos; la época en que las novelas eran engendros torpes y congestionados, y el joven Balzac cursaba el aprendizaje de Walter Scott; el descubrimiento y la posesión incesante e insaciada de las mujeres. Madame de Berny —«sólo el último amor de una mujer», confiesa en «La duquesa de Langeais», «puede satisfacer el primer amor de un hombre» la duquesa de Abrantes —aventura erótica-histórica-literaria—, la marquesa de Castries —idilio frustrado—, la condesa Evelina Hanska —título más o menos póstumo en su colección de pergaminos—, Zulma Carraud, tregua, asilo y paz epistolares.
narrativa completa 1 (libro)
Los «Contemporáneos», esencialmente poetas y ensayistas, dejaron muy escasa producción narrativa. De entre ellos, sólo Jaime Torres Bodet (1902-1974) publicó varios volúmenes —siete—, de novelas cortas y relatos. Cuatro de estos libros («La educación sentimental», 1929; «Proserpina rescatada», 1931; «Estrella de día», 1933; y «Primero de enero», 1935) fueron editadas en Madrid, por Espasa-Calpe, con tiros que no pasaban de los mil ejemplares; no han sido, prácticamente, leídos en México. Los otros tres («Margarita de niebla» 1927; «Sombras», 1937; y «Nacimiento de Venus y otros relatos», 1941), editados limitadamente por «Cvltvra» en nuestro país, también sufrieron de mínima difusión; quizá porque tuvieron que pelear por el espacio —en los escaparates de las librerías y entre las críticas literarias— contra la vigorosa narrativa de la Revolución, que modelaba nuestro gusto literario en esa época. Como se aleja lo barroco de lo clásico, o el pavorreal del águila, así esta prosa decantada se apartó del arrojado estilo prevaleciente entonces. Ahora, a medio siglo de distancia, puede ser leída con el detenimiento y el gusto que pide, y sabe prodigar. El escritor Rafael Solana, amigo y compañero fiel del poeta en su amplia labor educativa y cultural, condimenta con un reminiscente prólogo estos dos volúmenes de su narrativa completa, que pretenden hacer «justicia editorial» a una obra importante.
tiempo de arena (libro)
El nacimiento de una vocación, el mundo cotidiano en que se enriquece, los contactos con la vida familiar y social desde la infancia hasta los años de juventud y, sobre todo, la descripción de las vivencias que impulsan el desarrollo de la obra poética propia forman el núcleo de esta autobiografía de Jaime Torres Bodet. A la vez, una época de nuestro país, caracterizada por los cambios violentos en la sociedad y por el renuevo de las tendencias imperantes en las letras, cae bajo la evocación de una pluma que a lo incisivo de sus observaciones sabe juntar la sapiencia literaria. Si las lecturas, el trato amigable de los escritores mayores, el conocimiento de las literaturas extranjeras, el afán de viajar y aun las encomiendas de índole diplomática contribuyeron a conformar y a reafirmar la voluntad literaria de Jaime Torres Bodet, no resulta menos visible el influjo de otras manifestaciones artísticas, en especial la música y la pintura. En buena porción, las experiencias emanadas de artes no estrictamente literarias propician en el escritor el encauzamiento de su obra. Y, en este caso, ese conjunto de repetidas experiencias han ayudado a Jaime Torres Bodet a ascender desde la concepción de una literatura acorde con el juego literario hasta un arte en que lo humano centra, ya definitivamente, las intenciones de su obra lírica. Por ello mismo, «Tiempo de arena» son las memorias de un hombre que en su fuero interno ha preferido siempre, antes que cualquier otra designación, el título honroso de escritor.