Escapé de la muerte una vez y ahora el demonio ha vuelto para reclamar mi alma. Lo único que se interpone entre nosotros es un cambiaformas Cancerbero que incendia mi cuerpo y mi corazón… La bruja de sangre Topaz debería estar muerta. Ella evadió al monstruo demoníaco una vez antes, con la ayuda del Hada de la Corte del Invierno. Pero ahora el coleccionista de almas ha vuelto a la caza y ella está firmemente en su mira. La manada del cambiaformas Cancerbero Kyan tiene una deuda con la familia de la bruja de sangre. No está allí para matar a Topaz, sino para protegerla de sus antiguos maestros del Otro Mundo. Pero, ¿cómo puede confiar en el hombre de ojos verdes intensos, el hombre que enciende su cuerpo con calor que funde y hace que su corazón se acelere, cuando los genes de cancerbero que Kyan lleva en sus venas son los mismos que los de las criaturas de las que ha estado huyendo? ¿El hombre que le ha robado el corazón también le quitará la vida?

Caminar soñando siempre ha sido emocionante, hasta ahora. Esta vez, he caminado directamente hacia la pesadilla de un ángel caído… La magia de la bruja Amethyst es más fuerte cuando atraviesa la brecha entre los sueños y la vigilia. Cuando su prima Topaz es cazada por un demonio decidido a tomar su alma, es hora de que estas brujas cambien las tornas sobre el monstruo cazándolo, y rastrearlo a través de sus sueños. Dane es nombrado por su líder de la manada como el protector de Amethyst, para su disgusto mutuo. Las brujas y los cancerberos son enemigos jurados, lo que es problemático cuando no pueden mantener sus manos lejos el uno del otro. Amethyst no necesita la continua distracción de las atenciones de Dane. Cuando finalmente se enfrente al demonio que amenaza a sus seres queridos, necesita hacerlo por su cuenta. El cancerbero no debería ser capaz de seguirla al Otro Mundo, donde abundan los sueños demoníacos, y aun así, él lo hace. Ahora, el hombre enigmático que ha logrado capturar su corazón, podría terminar tan muerto como todos los demás Amethyst preocupa.