BZ Gundhalinu, inspector de policía, miembro «tec» de la clase de elite del planeta gobernante Kharemough, abandonó Tiamat antes de que se cerrara la Puerta Estelar, dejando tras de sí un sangrante retazo de su vida y aislándose para siempre de la mujer a la que amaba y amaría eternamente, la mujer que era ahora la Reina de Estío. Los rígidos códigos Kharemoughi habían hecho de él un desterrado, como lo atestiguaban las cicatrices que aun exhibían sus muñecas. Y así partió hacia el planeta Cuatro, donde la escoria de toda la galaxia se congregaba en torno al lugar conocido como el Límite del Mundo, en busca de la fortuna, aunque más probablemente de la muerte. Allí, pensó, podría ser olvidado por todos, y quizás olvidar él a su vez. Lo que no sabía era que, adentrándose en el infierno del Límite del Mundo, y en el infierno dentro del infierno que era el Lago de Fuego que se abría en su centro, donde la realidad se volvía irrealidad y el tiempo se curvaba y fundía y fluía aleatorio, abría ante él la posibilidad de recuperar su honor, redimir a su familia y quizá, finalmente, regresar al lado de su perdido amor… «El Límite del Mundo» es una novela que continúa la saga de «La Reina de la Nieve», y se abre como anticipo a su continuación, «La Reina del Estío».

Arienrhod: Tan hermosa como vieja, gobierna desde hace ciento cincuenta años Tiamat, un lejano mundo unido al Imperio Galáctico solamente por la Puerta Estelar. Pero la Puerta Estelar esta a punto de cerrarse; los espacianos y su alta tecnología se marcharán del planeta, y la preponderancia de los invernales dará paso a la de los estivales en todo el mundo. El reinado de Arienrhod, y su vida artificialmente prolongada gracias a las matanzas de los mers, terminará. Luna: El clon secreto de la reina, la llave de su supervivencia. Una muchacha criada y educada por el semicivilizado pueblo estival, ignorante de su herencia, pero irresistiblemente atraída a cumplir con su destino: desafiar a la reina, reinar sobre el futuro…., y ganar el cuerpo y el alma del único hombre predestinado a amarlas a ambas. Y entre ellas, con ellas, alrededor de ellas, por encima de ellas, un mundo de intrigas estelares, de corrupción, de amores y odios, encarnado en Carbunclo, la ciudad-concha que para unos es una joya y para otros es una pústula, el dominio particular de la reina de la nieve…

Gato es un psión: un mestizo telépata de humano e hidrano... y un superviviente. Tras una vida de niño callejero, ladrón insignificante, rebelde y espía, ha conseguido al fin ascender en la escala humana, acceder a tener una personalidad pública, a existir legalmente. Pero para ello ha tenido que pagar su precio: sus poderes psi han resultado quemados, y sólo las drogas pueden devolvérselos..., de una forma limitada y temporal. Pero la sociedad económica de los grandes conglomerados no lo ha olvidado. Y, cuando es necesaria de nuevo la colaboración de un psión para sus turbios manejos, no dudan en recurrir otra vez a él. Y así se ve de nuevo envuelto en las intrigas de Transporte de Centauro, en los manejos de la poderosa familia taMing, y tiene que luchar una vez más para sobrevivir, en medio de una trama que lo llevará de vuelta a la antigua Tierra e incluso a las profundidades de la gigantesca Red informática que domina el poder de la galaxia...

«Lady Halcón» nos relata la historia de una maldición y cómo ésta persigue a sus protagonistas, impidiéndoles el derecho a ser felices. El argumento es sencillo y clarividente: el Obispo de Aquila se enamora de Isabeau pero descubre con dolor que ella ni lo ama ni lo amará nunca: es a el capitán de su guardia a quién ama. Lleno de despecho porque su deseo se ha visto truncado por esa loca pasión decide vengarse, pues no soporta ese enamoramiento. Lanza una maldición sobre ellos: un temible hechizo, aunque para ello debe aliarse a las fuerzas del mal y pactar con el diablo. Durante el día ella se metamorfosea en un bellísimo halcón, que el capitán cuida con recelo; pero al llegar la noche, la bella Isabeau camina seguida por un gran lobo, su capitán Navarre. Ambos están juntos pero nunca pueden verse ni siquiera rozarse.

Según cuenta la leyenda, el fabuloso sistema de asteroides conocido como el cinturón del cielo es tan rico en recuroso naturales como el viejo planeta Tierra. Pero la nave que desde un mundo distante llega a pedir ayuda es atacada aun antes de que los tripulantes puedan exponer los motivos de la expedición. Las guerras civiles han asolado el Cinturón del Cielo, y no hay en todo el sistema mayor tesoro tecnológico que la nave visitante... Si esta novela no le cautiva, quizá lo suyo no sea la ciencia ficción.

Los dos relatos que forman este volumen (Nave de fuego y Madre e hijo) muestran claramente el muy peculiar talento de Joan D. Vinge, una voz asombrosa y verdaderamente original en el mundo de la ciencia ficción contemporánea. Los clásicos temas de la literatura del espacio aparecen transformados y expuestos en este libro en forma de episodios maravillosos y mágicos, poblados literalmente de extraordinarios caracteres: humanos, robots y humanoides, unidos todos en una compleja estructura en la que lo mítico se funde con las más sorprendentes y sugestivas especulaciones.

Incluye seis cuentos: Joan D. Vinge, el criterio de Turing, por Ben Bova. Ojos de ámbar. El cascabel al gato. Panorama desde una altura. Media man. La nave de cristal. Soldado de plomo. En las obras de Joan D. Vinge el tema esencial es a menudo las relaciones humanas, vistas desde una perspectiva nueva y reveladora. En esta espléndida colección de relatos los hombres de la Tierra tratan de transmitir ”una sinfonía de civilización” a un mundo bárbaro y distante; conocen gentes diferentes de otros mundos, pero no más extrañas que los própios terráqueos; se preguntan sobre el significado de la vida individual cuando se encuentran a solas con el universo; buscan en un pozo estelar sin fondo la posibilidad del amor y la amistad. La carrera literaria de Joan D. Vinge (1948) supo florecer en los comienzos de los ’80 para languidecer lentamente con el correr de los años, pero sus mejores relatos fueron publicados aún antes, en los ‘70, cuando se sumó a escritores como Martin y Varley. Vinge suele recurrir a la mitología y a los cuentos de hadas para tomar prestados los argumentos, mutándolos a un ambiente de CF con excelentes resultados. La historia que da título al volumen, sobre los intentos de comunicación entre un lingüista y una alienígena, obtuvo un premio Hugo.

El año es el 2417. La humanidad ha colonizado otros sistemas estelares, y las grandes corporaciones multiplanetarias luchan por el poder económico del universo, mientras la Autoridad de la Federación de Transporte detenta el control absoluto del telasio, un mineral precioso imprescindible para el vuelo estelar. Pero esto no importa en absoluto a Gato, un ladrón analfabeto, mestizo de humano e hidrano, que ha recibido su nombre por sus ojos de pupilas rasgadas y su facilidad para ver en la oscuridad. Pero Gato, aunque él no lo sepa, es un psión...., posee extraordinarios talentos psi. Y así, cuando es capturado por Seguridad Corporada, es enviado a un centro experimental donde poder desarrollar sus talentos. Lo que no sabe Gato es que el Instituto Sakaffe encierra en realidad un centro de espionaje que lucha contra otros psiones que, respaldados por las grandes corporaciones, intentan apoderarse del suministro de telasio, y que en su aventura le conducirá como esclavo al Planeta Ceniza, en la nebulosa del Cangrejo, principal productor del preciado mineral, y a conocer a sus hasta entonces ignorados antepasados alienígenas...