En Próspero, una solitaria alma viviente camina a través de un mundo hecho añicos. Debajo de las torres en ruinas, Ahriman, el hijo exiliado de Magnus el Rojo, destructor de su Legión, contempla lo que una vez fue, lo que es y lo que aún puede ser. Y en medio del polvo de este mundo, paraíso perdido hace mucho tiempo, el hechicero se enfrenta a sus errores y decide su destino.

En un mundo distante del Imperio, un agente de Rogal Dorn se encuentra prisionero de una Legión cuyas lealtades pueden estar divididas. Encadenado y atado, el antiguo Lobo Lunar debe luchar una batalla de ingenio con su captor, para que el curso de la Herejía de Horus tome un giro inesperado. ¿Conducirá su presencia a sus antiguos aliados a los brazos del Señor de la Guerra o mantendrá el status quo para evitar que otra Legión se convierta en traidora? ¿Y quién es el misterioso marine espacial que le ayuda desde las sombras?

En el corazón de una grieta en el espacio y el tiempo aguarda un monstruo de las más oscuras imaginaciones del hombre, un ser demoníaco de inmenso poder y maldad. Un solitario Caballero Gris, el hermano Istafel, es enviado en una misión desesperada y suicida para desterrar a esta oscura entidad. Pero cuando se acerca a la grieta del Crisol, se da cuenta de que no todo es lo que parece ... ¿Por qué fue enviado a esta misión? ¿Cuál es el propósito? ¿Y esperan sus maestros que él sobreviva?

Tras un largo y arduo conflicto, los traidores al fin se aproximan a Terra. Sin embargo, pronto perderán la oportunidad para atacar: tanto Guilliman como el León regresan a toda prisa, y sus ejércitos podrían girar las tornas de la batalla. Las tropas del Señor de la guerra deben reunirse, pues solo entonces podrán asaltar el mundo del Trono. Mientras Mortarion se adelanta para actuar como la vanguardia de la flota, recae sobre Lorgar y Perturabo la tarea de reunir a Fulgrim y a Angron, quienes ya han sido enaltecidos como demonios y tal vez se encuentren más allá del alcance de la voluntad del Señor de la guerra. No obstante, Horus está malherido, y, mientras la batalla más grande de la galaxia se cierne sobre Terra, es Maloghurst quien debe asegurarse de que su fracturada Legión se mantenga unida y de rescatar al propio Horus del borde del abismo.

Como un miembro de la cacareada Hueste Cruzada, el hermano Crius se alzaba como el representante de la X Legión sobre el suelo de la Sagrada Terra, pero cuando se entera de la muerte de su amada Primarca Ferrus Manus a manos de los traidores, su estoico dolor mecánico le imbuye con la fuerza y la determinación para llevar a cabo una misión especial en nombre del mismísimo Rogal Dorn. Recorriendo las estrellas, busca alguna señal de sus hermanos Manos de Hierro perdidos, con la esperanza de traerlos de vuelta a Terra para ayudar en la defensa final del Palacio. La pregunta sigue siendo la misma ¿quién ha sobrevivido a la masacre en Isstvan V? ¿y que queda aún de ellos?

Fel Zharot, una vez Bibliotecario Jefe de la VIII Legión, debe probar su valor frente a su ejecución inmediata. En los sumideros oscuros debajo de Terra, el bibliotecario jefe Fel Zharost, de la Legión de los Señores de la Noche está siendo perseguido. ¿Qué pasará cuando descubre que su Legión ha caído en la herejía? ¿Dónde se encuentran sus lealtades?

La corruptora oscuridad de la disformidad, bendice a unos pocos con el regalo de una nueva vista. Después de la ascensión de Fulgrim a demonio en Iydris, Perturabo y su Legión fueron atrapados por la singularidad en el corazón del llamado “Ojo del Terror”. ¿Su única opción? Enhebrar la aguja y sumergirse en el corazón del agujero negro. Tal vez por un golpe de pura suerte, fueron transportados lejos a través de la disformidad al sistema Tallarn, pero los Navegantes al servicio a la flota de los Guerreros de Hierro quedan irreversiblemente dañados por esa terrible experiencia. Ahora sirven a un nuevo propósito y los planes de venganza de Perturabo, se acercan aún más a buen término…

Al ser retirados de la Gran Cruzada tras lo ocurrido en Ullanor, Rogal Don y la VII Legión fueron nombrados pretorianos del Emperador… pero solo fue después de conocerse la traición del señor de la guerra cuando se puso de manifiesto la verdadera magnitud de este deber sagrado. Ahora, el Sistema Solar ha sido atacado por primera vez desde que la guerra comenzó, y muchas de las defensas aparentemente impenetrables que habían forjado los Imperial Fists han demostrado ser insuficientes. Con todas las miradas puestas sobre la nueva amenaza que aguarda tras las puertas de Terra, ¿quién protegerá a Dorn del enemigo que se esconde entre sus filas?

En el strategium del Espíritu Vengativo, el señor de la guerra Horus prepara su asalto sobre el Imperio de su padre. Pero ¿con quién está hablando Horus mientras establece sus planes para el dominio de la galaxia?

Los Guerreros de Hierro lanzan un brutal ataque sobre el mundo paradisiaco de Tallarn. Al otro lado del ruinoso paisaje, otrora verde mundo, las fuerzas Imperiales supervivientes se movilizan para defender lo que queda del planeta. Cuando ambas partes comprometen la totalidad de sus fuerzas en la lucha por el mundo, comienza la mayor batalla de tanques en la historia de la galaxia.

A medida que continúa la campaña del Señor de la Guerra por la dominación galáctica, sus generales buscan nuevos campos de batalla que conquistar. Perturabo decide atacar Tallarn después de dejar atrás el mundo ancestral de Iydris. El señor de los Iron Warriors, un primarca implacable y vengativo, inicia un bombardeo letal con el que consigue matar a millones de seres humanos y atrincherar a los pocos supervivientes. Se desencadena entonces un conflicto armado brutal que lo arrasa todo, la mayor de todas las guerras, una contienda de más de un año que extenúa a todos los combatientes batalla tras batalla. No obstante, la razón por la que Perturabo decidió realizar ese ataque no era solamente castigar al Imperio mediante un exterminio; tiene un objetivo mucho más oscuro en mente.