Chile, 1999. Una década tras la caída de Pinochet, el país atraviesa una transición vacía, en la que las potencias occidentales son idealizadas y la personalidad propia, silenciada.  Una serie de suicidios de jóvenes menores de 21 está sacudiendo al país. Aunque inicialmente parece una moda, con cada día que pasa el número de autoeliminaciones crece geométricamente. El fenómeno pronto se convierte en una emergencia nacional y el pánico se cierne sobre la población.  La incertidumbre es acentuada por el hecho de que ninguno de los suicidas ha dejado una nota, lo que lleva a algunos presumir que la respuesta trasciende mera ansiedad adolescente.  Para Alex y Natalia, dos inteligentes y egocéntricos estudiantes universitarios, los eventos desarrollándose a su alrededor son más una oportunidad que causa de preocupación, Alex es un melancólico veinteañero que a primera vista está sólo a un par de reveses de autoeliminarse. Contra todo pronóstico, Alex aparece más despierto que nunca y dispuesto a rescatar su vida de las garras de las depresión.  Natalia se mueve en un círculo social distinto al de Alex, aunque está perfectamente consciente de su existencia. Aunque sus compañeros la consideran una princesa, el espíritu aventurero de Natalia la separa de otras bellezas huecas. Tal como Alex, ella espera algo más de su paso por esta Tierra que una serie de eventos predeterminados.  Alex y Natalia unen fuerzas para escapar de las relaciones amorosas que los agobian, usando el apocalíptico escenario a su alrededor como coartada. El dinámico dúo enfrenta obstáculos inesperados cuando empiezan a encariñarse con el otro y la única nota suicida en existencia cae en sus manos. Deben elegir entre poner fin a la catástrofe que aflige al país, o seguir beneficiándose de ésta.