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Literatura de kent miller
acción en oriente (libro)
Estaba anocheciendo y en aquellos momentos el tren corría velozmente por una llanura de suave verdor en la que, de vez en cuando, la línea sinuosa de un arroyo o la severa silu
alerta en mar y tierra (libro)
DESDE el puente de mando del «Candell», James Hunter, capitán del guardacostas, miró a su alrededor. En cuanto alcanzaba la vista, se extendía el enorme convoy formado por medi
bautismo de fuego (libro)
Desde la cubierta del «T-405», Vic Sandish contemplaba, pensativo, la estela espumeante que la nave dejaba tras de sí en su marcha río Hudson arriba. Acababan de cruzar el paso
combatiente alquilado (libro)
POR la carretera de Cincinnati a San Luis avanzaban dos hombres. Uno de ellos era alto y fuerte y se veía obligado a amoldar su paso al más lento de su compañero, que era de me
el amuleto de kali (libro)
LA HABILIDAD Y LA SANGRE FRIA de un inteligente agente del F. B. I. consiguen desenmascarar a una peligrosa banda que intenta apoderarse de importantísimos documentos relaciona
el gas r-650 (libro)
Ninguno de los cuatro hombres que había a su alrededor demostró gran interés por proseguir la conversación. Comprendiéndolo así, Jem Finney arrebujóse de nuevo en su capote imp
la legión diabólica (libro)
El centinela que montaba la guardia a la entrada del campo adelantóse media docena de pasos al advertir que los vehículos desviábanse de la carretera principal y tomaban el peq
la libélula de cristal (libro)
El zumbido apagado, y confuso del tráfico neoyorquino llegaba hasta allí, como el de un gigantesco diapasón cuyas modulaciones reforzáranse o se debilitaran a intervalos regula
la onda mortal (libro)
Las diez campanadas sonaron lentas y majestuosas en el silencio de la noche. El fortísimo aguacero caído unos minutos antes había restringido considerablemente el tráfico por M
la tela de araña (libro)
El «Pensacola» era un bonito paquebote de ocho mil toneladas. En sus buenos tiempos desarrollaba sus dieciocho nudos, costeando la zona comprendida entre Tampa, Nueva Orleans y
los buitres del támesis (libro)
Una débil luz brillando en aquella negrura de tinieblas hizo latir con fuerza el corazón del hombre que avanzaba penosamente, hundido el cuerpo hasta muy por encima de la cintu
sangre en el danubio (libro)
El hombre de la barba gris que se cubría con una gorra de viaje, a cuadros, se revolvió inquieto en su asiento. En el exterior, la obscuridad era profunda y ello revelaba que e
tráfico criminal (libro)
Desde el anochecer, un fuerte viento del este soplaba de la parte de Long Island, levantando enormes olas que azotaban la costa comprendida entre Stamford y Fenwick, y haciendo
¡sabotaje! (libro)
Una potente organización terrorista, amenazaba la producción de uranio de los Estados Unidos. Las muertes más extrañas, las destrucciones más audaces tenían en trance de parali
acción en oriente (libro)
Estaba anocheciendo y en aquellos momentos el tren corría velozmente por una llanura de suave verdor en la que, de vez en cuando, la línea sinuosa de un arroyo o la severa silueta de una granja rompían la monotonía del paisaje. En lo alto, grandes masas de obscuros nubarrones corrían hacia el Sur, empujados por un viento frío que silbaba de un modo lúgubre en el techo del vagón.
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alerta en mar y tierra (libro)
DESDE el puente de mando del «Candell», James Hunter, capitán del guardacostas, miró a su alrededor. En cuanto alcanzaba la vista, se extendía el enorme convoy formado por medio centenar de barcos, que, siguiendo la ruta de Murmansk, cruzaba el Atlántico Norte, en demanda del citado puerto ruso. Mediaba la tarde y un ligero viento, procedente de las costas de Groenlandia, rizaba la superficie del océano.
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bautismo de fuego (libro)
Desde la cubierta del «T-405», Vic Sandish contemplaba, pensativo, la estela espumeante que la nave dejaba tras de sí en su marcha río Hudson arriba. Acababan de cruzar el paso entre Manhattan y la isla Liberty, y a su derecha desfilaban las imponentes moles de los rascacielos ligeramente coloreados por los últimos resplandores del sol poniente. Sobre el pequeño puente de estribor, el capitán Morris gritaba algunas órdenes a los hombres del remolcador. Sólo faltaban escasos minutos para alcanzar el muelle veintitrés, donde debía atracar el «Nordheim» en aquélla su quinta visita al puerto de Nueva York.
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combatiente alquilado (libro)
POR la carretera de Cincinnati a San Luis avanzaban dos hombres. Uno de ellos era alto y fuerte y se veía obligado a amoldar su paso al más lento de su compañero, que era de menor estatura que él. Ambos mostraban sus rostros cubiertos por negra y descuidada barba y la diferencia de sus anatomías respectivas quedaba compensada por la miserable igualdad del atuendo. Los sombreros, negros, estaban sucios y por algún que otro roto se escapaban mechones de pelo blancuzco por el polvo de mil caminos recorridos a pie.
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el amuleto de kali (libro)
LA HABILIDAD Y LA SANGRE FRIA de un inteligente agente del F. B. I. consiguen desenmascarar a una peligrosa banda que intenta apoderarse de importantísimos documentos relacionados con la defensa de los Estados Unidos.
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el gas r-650 (libro)
Ninguno de los cuatro hombres que había a su alrededor demostró gran interés por proseguir la conversación. Comprendiéndolo así, Jem Finney arrebujóse de nuevo en su capote impermeable, y marchó en busca de un lugar para descansar. En aquel momento miró distraídamente hacia el exterior de la caleta, y vio una sombra alargada acercándose silenciosamente procedente de alta mar.
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la legión diabólica (libro)
El centinela que montaba la guardia a la entrada del campo adelantóse media docena de pasos al advertir que los vehículos desviábanse de la carretera principal y tomaban el pequeño ramal que conducía al aeródromo. Eran cuatro automóviles en total, y, de ellos, dos pertenecían a la Policía Metropolitana.
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la libélula de cristal (libro)
El zumbido apagado, y confuso del tráfico neoyorquino llegaba hasta allí, como el de un gigantesco diapasón cuyas modulaciones reforzáranse o se debilitaran a intervalos regulares. La habitación en sí apenas si difería de las restantes del inmueble. Una mesa de trabajo, media docena de sillas y una estantería con libros y publicaciones diversas. De la pared colgaba un moderno, reloj, de regulares dimensiones, cuyo rítmico tic-tac ero el único sonido que llenaba la pieza.
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la onda mortal (libro)
Las diez campanadas sonaron lentas y majestuosas en el silencio de la noche. El fortísimo aguacero caído unos minutos antes había restringido considerablemente el tráfico por Market Street, pero ya con la bonanza las luces de los faros taladraban la obscuridad acrecentada por el hecho de que una chispa eléctrica había caído en uno de los transformadores que suministraban la corriente de aquel sector.
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la tela de araña (libro)
El «Pensacola» era un bonito paquebote de ocho mil toneladas. En sus buenos tiempos desarrollaba sus dieciocho nudos, costeando la zona comprendida entre Tampa, Nueva Orleans y Galveston. Entonces, el «Pensacola» tenía sus costados pintados de blanco, y sus chimeneas lucían franjas en azul sobre las que destacaban las iniciales de la compañía propietaria. Era la época anterior al ataque a Pearl Harbour, cuando sobre su cubierta apiñábanse viajeros que venían del norte, ávidos de conocer las tierras del sur y solazarse bajo la caricia ardiente del sol de Florida, Texas y Louisiana.
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los buitres del támesis (libro)
Una débil luz brillando en aquella negrura de tinieblas hizo latir con fuerza el corazón del hombre que avanzaba penosamente, hundido el cuerpo hasta muy por encima de la cintura, en aquellas aguas viscosas y pestilentes. El resplandor le revelaba que en algún punto, allí enfrente, había una salida y ella iba a proporcionarle la anhelada libertad. Aquello le dio nuevas energías y un nuevo ardor infiltróse en su espíritu animándole a redoblar sus esfuerzos. No podía desmayar, ya que sus perseguidores le seguían de cerca y no tardarían en brotar de las negruras que dejaban atrás los haces de sus linternas rebuscando por la superficie de las aguas malolientes. De la herida de la cabeza había dejado de manar la sangre y, aun cuando el muslo izquierdo seguía doliéndole, confiaba poder cruzar a nado el último trecho y ganar un punto seguro en la orilla del Támesis.
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sangre en el danubio (libro)
El hombre de la barba gris que se cubría con una gorra de viaje, a cuadros, se revolvió inquieto en su asiento. En el exterior, la obscuridad era profunda y ello revelaba que el convoy estaba cruzando un paraje desierto. La viajera que ocupaba el asiento frontero continuaba abstraída en la lectura. Sin embargo, en varias ocasiones había sorprendido su mirada examinándolo con sospechosa curiosidad.
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tráfico criminal (libro)
Desde el anochecer, un fuerte viento del este soplaba de la parte de Long Island, levantando enormes olas que azotaban la costa comprendida entre Stamford y Fenwick, y haciendo gemir el arbolado que se doblegaba hasta lo inverosímil, sacudido por la violencia del temporal. Todas las patrullas de la vigilancia costera habían regresado a sus bases, y sólo las unidades más necesarias permanecían alerta en los puntos estratégicos, por si hubiera necesidad de atender alguna urgente llamada que requiriera su presencia.
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¡sabotaje! (libro)
Una potente organización terrorista, amenazaba la producción de uranio de los Estados Unidos. Las muertes más extrañas, las destrucciones más audaces tenían en trance de paralización las actividades bélicas del más poderoso de los ejércitos. Una palabra en la mente y en los labios de todos: ¡Sabotaje! Unicamente Jim Kerry el prestigioso inspector del F.I.B., podía desentrañar el enigma que envolvía aquella situación, y lo consiguió tras emocionantes aventuras.
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