Hace seis años... Veintiún años, ¡guau! ¡Ahora puedo emborracharme!Esa noche no fue del todo lo que pensé, pero la edad me hizo lo suficientemente adulta como para celebrar mi cumpleaños en un club nocturno, una fiesta llena de bebidas y mucha música. Ser el más joven de tres hombres no era fácil, solían querer controlar mi vida y me trataban como a una muñequita de loza. No los tres, en realidad, porque Max siempre estaba preocupado por su propio ombligo. Josh parecía tener más neuronas que el resto de los hombres y no se comportó como un idiota conmigo, a pesar de su extrema sinceridad, que yo había llegado a admirar. Oliver, por otro lado, era un verdadero dolor de cabeza, ni siquiera mi padre era tan sobreprotector. Afortunadamente, Olie no podía ver un rabo en una falda y estaba besándose con una chica en una esquina del club, lo que me dio unos minutos de calma. Hasta que no me cansara del pobrecito, no lo tendría como un perro de caza detrás de mí. ¿Tres hermanos mayores? Debería haber dicho siete. Fue casi una maldición. Me reí al pensar en mi destino. A través de la amistad de nuestras madres, los Sartori crecieron con nosotros y estábamos tan unidos que se sentía como si todos fuéramos de la misma sangre. Bueno, al menos eso es lo que siempre decían los hombres, pero yo ya no pensaba tanto, al menos no en relación a un Sartori en particular ...