-- Mira--Continuó. --¿Cómo es posible que una mujer que ama a su hombre se acueste con otro o con otros y que pueda disfrutarlos abiertamente como si nada? te hago esta pregunta porque como tú sabes, todos sabemos que tú llevas una relación con dos mujeres que viven contigo en la misma casa y, se llevan aparentemente bien, en esa relación de “pareja de tres” como ahora se le llama.  --Ciertamente nos llevamos muy bien y creo, mejor dicho, estoy seguro que, la relación perfecta es que un hombre viva en su propia casa con dos mujeres y cohabite con ellas simultáneamente.  --Dirás --continuó Carlos-- que tengo una mente machista y que por eso tomo para nosotros los hombres lo más ventajoso. No es así. Te diré que todo depende de la sexualidad que tenga el hombre o la mujer. Creo que si el hombre tiene una sexualidad muy alta y necesita sexo todos los días o varias veces al día y, la esposa no se lo puede dar, porque físicamente no pueda soportarlo o no le agrade, creo que lo mejor y además lo más inteligente es que ella permita que él pueda hacer el sexo con otra mujer, incluso en la misma casa. Esto te puede sorprender, pero no es infidelidad. De ninguna manera. Creo que la infidelidad consiste en entregarse a otra persona a escondidas. Caso contrario si la mujer o el esposo consienten abiertamente en que en la pareja se introduzca una tercera persona y a sabiendas. Si esto se toma con altura, con seriedad y sobre todo con respeto y madurez, puede llevar a una estable “relación de tres” que puede resultar muy hermosa y muy edificante. Estos tres que integran ese “matrimonio especial” pueden llegar a amarse y a ser casi una familia, con intereses comunes y sentimientos comunes. Todo depende del tipo de personas que consientan eso, de su instrucción, de su cultura, de su nivel económico y social y, sobre todo, sin decirte mucha paja: del grado de madurez que tengan y también del grado de autoestima que posean. Porque la autoestima en esto es primordial.