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Literatura de luis martín-santos
tiempo de destrucción (libro)
Luis Martín-Santos (1924-1964) es una cumbre de nuestra literatura. Residente en San Sebastián y formado como médico en Salamanca y Madrid, su gran valía fue reconocida pronto
tiempo de silencio (libro)
El protagonista de la novela es Pedro, un joven médico investigador en Madrid a finales de la década de los 40. La paupérrima situación económica y social impiden el avance de
tiempo de destrucción (libro)
Luis Martín-Santos (1924-1964) es una cumbre de nuestra literatura. Residente en San Sebastián y formado como médico en Salamanca y Madrid, su gran valía fue reconocida pronto en el mundo literario, así como en el psiquiátrico. Logró máxima resonancia con una novela magistral, y muy leída, Tiempo de silencio (1962), que marcó a una generación por su visión insólita de la «bajorrealidad» del momento y por su escritura desafiante. Su temprana muerte interrumpió su segunda gran novela, Tiempo de destrucción, escrita hacia 1963. La edición de 1975, que la reconstruía con los materiales inconexos dejados por el autor, no gozó de buena acogida. Esa gran personalidad literaria se fue así difuminando y Tiempo de destrucción quedó olvidada. Considerado durante décadas autor de una única obra, solo recientemente se han recuperado textos perdidos o inéditos, como El amanecer podrido y Condenada belleza del mundo. Pero es la presente publicación de Tiempo de destrucción la que hace justicia a la estatura creadora del autor. Ahí culmina una vocación ambiciosa y apasionada, que incluye su compromiso cívico. Con un prefacio recuperado y una nueva armadura narrativa, recobramos al Martín-Santos más inteligente, atractivo y moderno.La novela aborda las primeras aventuras vitales y el quiebro brusco de Agustín. Tras este héroe, algo ingenuo, pero siempre inquisitivo y a menudo «clarividente», adivinamos las preocupaciones y experiencias del propio Martín-Santos. El relato se demora en la maduración del protagonista —es una «novela de formación»—, hasta su acceso brillante a la judicatura. Siendo ya juez prometedor, en medio del desorden del carnaval de Tolosa, tiene noticia del asesinato del sereno de una fábrica familiar, y este drama oscuro termina por imponerse en su existencia, pues, a través de densos interrogatorios, va desentrañando las sórdidas vidas enredadas de los dueños de la fábrica y sus empleados. Poco a poco se deja adivinar el desgaste personal de Agustín. Y tras los instantes ambivalentes de un encuentro amoroso —o a causa de un fracaso vital más amplio— se produce su derrumbe y se ve inmerso en un mundo enrarecido y apocalíptico, lleno de voces extrañas, seres grotescos y fantasías míticas. Esta última novela de Martín-Santos, hoy casi olvidada pero decisiva en nuestra literatura del siglo XX, recupera y renueva una edición de 1975, con otra ordenación a la que se añade un brillante prólogo del autor. Ahora se pueden disfrutar mejor la fuerza de su imaginación y el nervio de su prosa. La narración, dotada de una gran carga introspectiva y de una sorprendente riqueza de ramificaciones y de travesías temáticas, va desgranando la confluencia entre mundo exterior y mundo íntimo, entre la ciudad envenenada por su río y la máscara inmoral de algunos habitantes. En los vericuetos mentales y en los de sus calles se plasma, mediante lirismos, meditaciones y diálogos, la demolición del protagonista. En este punto, la novela, aunque fracturada, y quizá por ello, alcanza su mayor complejidad y bellez.
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tiempo de silencio (libro)
El protagonista de la novela es Pedro, un joven médico investigador en Madrid a finales de la década de los 40. La paupérrima situación económica y social impiden el avance de las investigaciones sobre el cáncer que realiza en una cepa de ratones. Estos ratones habían sido traídos desde Estados Unidos y no se había podido mantener un ritmo de reproducción superior al de su muerte. Su ayudante en el laboratorio, Amador, había regalado meses antes algunos ejemplares a un pariente suyo, el Muecas. Éste ha logrado criar estos ratones en su chabola con ayuda de sus hijas. Pedro y Amador acuden a esa chabola para recomprar algunos de esos ratones y poder continuar con las investigaciones. Tras esa visita Pedro entra en contacto con los bajos fondos de Madrid y el Muecas acude a él en su condición de médico cuando su hija mayor, Florita, se desangra debido a un aborto que le ha practicado en casa su padre. La chica muere cuando Pedro, que no ejerce la medicina, intenta salvarla. El protagonista se encuentra entonces perseguido por la policía, que acaba por detenerle y sólo le libera cuando la esposa del Muecas explica lo ocurrido. Lo interesante de Tiempo de silencio no es su trama, que entronca con otras novelas de corte realista —especialmente con Baroja y su trilogía La lucha por la vida—, sino la forma de narrar. Martín-Santos se alejó de un estilo propio de la época, sencillo y árido, para armar un libro de resonancias clásicas, con un lenguaje cultivado y complejo, de prolijas descripciones, excursos culteranistas y diálogos empapados de clasicismo. Huelga decir que es una novela difícil en tanto al lenguaje se refiere, si bien la historia que se cuenta es tan sencilla (en su desarrollo narrativo, no en otros planos) como directa.
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