Literatura de maría fernández-miranda
el verano que volvimos a alegranza (libro)
Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la mu
no madres: mujeres sin hijos contra los tópicos (libro)
Ser o no ser madre, esa es la cuestión para tantas y tantas mujeres… Esta es la historia de María Fernández-Miranda, pero también de otras mujeres como Soledad Lorenzo, Rosa Mo
el verano que volvimos a alegranza (libro)
Leandra es editora en una revista de moda con sede en Madrid. A sus treinta y cinco años se ha alejado de su marido, ha perdido la ilusión por su trabajo y ha presenciado la muerte de su tía Valentina en circunstancias dramáticas. En busca de respuestas a la crisis existencial en la que se halla inmersa, decide pasar un verano en Alegranza -la casa de indianos que construyó su abuelo Tomás en el pueblo asturiano de Colunga- y aceptar el reto de Jean-Luc Peltier, un prestigioso perfumista al que ha entrevistado: elaborar un perfume que la ayude a definirse a sí misma. Mientras bucea en sus recuerdos de infancia, impregnados de rosa silvestre, hortensia o madreselva, Leandra irá desvelando las distintas capas de secretos que, como los ingredientes de una fragancia, componen la historia de su familia. «Después de la última curva, esa que tantas veces había surfeado de pequeña a lomos de mi bicicleta BH con el cesto de mimbre sujeto entre los manillares, apareció ante mí la silueta de Alegranza, la casa familiar que no pisaba desde hacía por lo menos diez años. Aunque había algunas grietas en el muro y el jardín se había vuelto indómito, con la maleza avanzando a su antojo por la escalera de piedra de la entrada, por lo demás se mantenía más o menos como yo la recordaba, imponente y señorial. La misma fachada soberbia, con los balcones en las tres ventanas principales desde los cuales podía verse el mar en los días despejados, y la misma palmera enorme a la derecha, un poco inclinada, en permanente amenaza de precipitarse sobre el tejado. Detrás de la casa se avistaba la sierra del Sueve, en cuyos picos de tonalidades ocres se quedaban prendidas las nubes. No dejaba de ser una ironía que el abuelo Tomás hubiera bautizado esa casona insertada en un paisaje tan asturiano con el nombre de un islote canario. Según me contó una vez tía Valentina, su padre había viajado en cierta ocasión a Lanzarote y, al contemplar desde lo lejos aquel trozo de apenas diez kilómetros cuadrados de tierra salvaje rodeada de mar, comentó que así se había sentido él al poner rumbo a América: solo y con todo por hacer. Alegranza era su isla conquistada».
no madres: mujeres sin hijos contra los tópicos (libro)
Ser o no ser madre, esa es la cuestión para tantas y tantas mujeres… Esta es la historia de María Fernández-Miranda, pero también de otras mujeres como Soledad Lorenzo, Rosa Montero, Maribel Verdú, Mamen Mendizábal, Carmen Ruiz, Inka Martí, Paula Vázquez, Almudena Fernández, Sandra Ibarra y Alaska, que explican por qué no son madres con la esperanza de que un futuro cercano ninguna mujer tenga que dar explicaciones al respecto. «Junto a tantas supermadres, también hay mujeres (cada vez más) que no quieren tener hijos, y hay mujeres que no pueden tener hijos. Yo he pertenecido a ambos bandos […]. Y en este proceso de aceptación sólo me ha ayudado una cosa: escuchar a las que se encuentran en mi mismo barco, a las que por distintas razones no han podido o no han querido tener descendencia. Lo que pasa es que me ha costado encontrarlas, porque casi todas están calladas, sepultadas bajo la avalancha de blogs, libros y tuits que machaconamente debaten sobre pañales y biberones, como si nunca antes en la historia de la humanidad hubiesen existido las mujeres que dan a luz. Y yo me pregunto: ¿acaso no ha llegado la hora de que nosotras también expresemos cómo nos sentimos?» María Fernández-Miranda. Los seres humanos nacen, crecen, se reproducen y mueren, nos hacían repetir en clase. Pero las estadísticas afirman que casi un 30% de las mujeres nacidas en la década de los 70 no tendrá hijos. Un colectivo tan numeroso como poco visibilizado, que ni siquiera cuenta con un nombre propio para definirse y tiene que hacerlo desde la negación: no madres. María Fernández-Miranda nunca sintió eso que llaman instinto maternal y, sin embargo, se sometió a siete fecundaciones in vitro. Esta experiencia le hizo reflexionar acerca de los motivos por los que tenemos hijos y tomar conciencia de los tópicos que convierten la maternidad en destino ineludible para toda mujer. Un valioso aprendizaje en el que descubrió que no estaba sola, sino que las no madres habían permanecido calladas por demasiado tiempo. Y consiguió que su historia individual se transformase en un relato coral en el que Soledad Lorenzo, Rosa Montero, Maribel Verdú, Mamen Mendizábal, Carmen Ruiz, Inka Martí, Paula Vázquez, Almudena Fernández, Sandra Ibarra y Alaska le prestan su voz para reivindicar el derecho a no ser juzgadas. Porque este no es un libro en contra de la maternidad, sino en defensa de la libertad de elección. Ser no madre no constituye ninguna anomalía y ellas son el mejor ejemplo posible de que cuando la puerta de la maternidad se cierra (o ni siquiera se abre), lo que queda no es el vacío, sino la posibilidad de desarrollar una vida diferente, feliz y completa.