Tras intentar escapar, Megan Campbell, hija de un laird, se ve obligada a casarse con su peor enemigo por el bien de su clan. No le importan las limitaciones impuestas por Liam MacCullen, hasta que se siente humillada por la presencia de su amante, que se exhibe libremente en sus dominios, del brazo de su marido, y usurpa toda su autoridad. La joven no está dispuesta a dejarse desmantelar tan fácilmente e incluso se arriesga a la ira de su marido para conseguir sus fines.

Con la desaparición del laird, el clan MacCullen deberá elegir a un nuevo sucesor, el problema es que hay dos hombres que pujan por ser el líder. Cameron es un hijo legítimo y sería más competente que el bastardo del antiguo laird, pero Alaric es un gran guerrero de sorprendente diplomacia a diferencia de su impulsivo y arrogante primo. Para disolver los conflictos internos, los ancianos deciden que debe celebrarse una boda. Alaric debe casarse con la hermana de Cameron, para legitimar su posición y convertirse en el líder. Sin embargo, cuando llega el carruaje de Rowena y aparece una flamante belleza que no es otra que la dama de compañía de su futura esposa, Alaric siente que su corazón se agita con fuerza y es incapaz de apartar su mirada de la joven pelirroja.

Londres, 1850. El duque de Sutherland, que acaba de enviudar y debe volver a casarse rápidamente, ya que no tiene un heredero. Con ese propósito asiste a varios bailes, para encontrar a su nueva esposa y no aspira que la unión sea por amor. Alice Middleton, hija de un vizconde y desde que fue presentada en sociedad, un montón de caballeros han intentado cortejarla en vano, ya que a todos los ha rechazado. Esto cambiará cuando William de Sutherland la saque a bailar, y ella sienta que ha encontrado al amor de su vida.

Le observo desde mi rincón, finge estar tranquilo, pero veo que sigue enfadado. —Sé que antes no lo decías en serio, me deseas tanto o más que yo. Pero ahora no estamos jugando. —No estoy jugando en absoluto —aseguro, mirándolo a los ojos—. Tengo cerebro, por si no te habías dado cuenta, y puedo decidir por mi vida. ¡Ahora llévame a casa! No quiero a un bruto por marido. —Bueno, ya que crees que soy el único que quiere casarse, te demostraré que te equivocas... Entonces me abraza, intento zafarme, pero mi cuerpo va en mi contra. A medida que sus caricias se vuelven más suaves, yo también me vuelvo menos rebelde. —Perdona si te he hecho creer que quería forzarte... ¡No sé cómo explicártelo! Yo... siento algo que no puedo definir, pero que está aquí en mi pecho desde que te vi y ya no podría estar sin ti, Elise… nunca más. Es la última frase que pronuncia... ¡ha ganado!

Inglaterra, 1820. Claire, hija del rey Jorge IV, regresa a palacio ya que ha llegado el momento de conseguir un esposo. Pasa la mayor parte de las noches en los bailes que organizan varios nobles del país, a la espera del indicado. James, futuro barón de Egerton, debe conseguir una esposa, por eso también dedica sus noches a los bailes y las presentaciones de jóvenes debutantes. En una de esas veladas conoce a la princesa que intenta escapar de alguien; ese encuentro fortuito, será el primero de muchos y poco a poco despertará en ellos una atracción a la que no podrán resistirse.