Un joven profesor de español en Camagüey, Cuba, se enfrenta a la opresión del régimen cubano y es arrastrado en una vorágine de sexo y alcohol para poder soportar las cadenas que lo atan a una vida sin futuro. Su familia había abandonado la isla unos años antes y esto lo marca toda su vida ante el régimen socialista que esclavizaba al pueblo cubano. A pesar de todos los inconvenientes de una vida de esclavo de un régimen despótico, se las arregla para sobrevivir y disfrutar algunos cortos momentos de placer y felicidad efímeros. Su lazo de unión espiritual con su abuelo se solidifica cada día más, hasta que el viejo fallece y se convierte en el espíritu guía y protector de su amado nieto. El amor siempre está presente en su vida, en algunas ocasiones lo reconoce y en otras lo confunde con el deseo carnal. El encuentro con una cartera abandonada en un bar de un hotel cambia su vida totalmente y lo obliga a escapar de la isla en una embarcación. En la travesía se salva del ataque de la marina de guerra gracias a la intervención de fuerzas espirituales que lo ayudaban. La naturaleza también desata su furia contra la pareja fugitiva y los vence, devolviéndolos a su dimensión espiritual en el fondo del océano en donde lo esperaba su abuelo astral para guiarlo en ese nuevo sendero de paz y amor.

Es un testimonio novelado que trata sobre los duros días de la toma de la embajada del Perú en La Habana, Cuba en el 1980 y el subsecuente acuerdo de la salida de más de 125,000 cubanos por el Puente Marítimo Mariel-Cayo Hueso. El gobierno cubano desató todo su poder en contra de los disidentes que querían vivir en libertad en Estados Unidos y abandonar la isla-cárcel, Cuba y el régimen comunista de los Castro.

Las máscaras, la simulación para sobrevivir y la opresión de un sistema socialista caribeño (Cuba) es el escenario de esta novela. Después del 1959 Cuba ha sido una isla sitiada por las máscaras. Todos los personajes en esta novela tienen una y cuando quieren buscar sus rostros, ya no existen, pues la máscara cotidiana ha suplantado el rostro. Escapar de la isla maldita es la única solución, aunque después la nostalgia los destruya.