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Literatura de orlando cruzcamarillo
confesiones de un vicioso (libro)
Escrito en un tono desenfadado, «Confesiones de un vicioso» nunca olvida y desmerece la gravedad de su tema: la prostitución. Su autor es un pésimo estudiante que prefirió los
el último poeta del universo (libro)
En «El último poeta del universo», Orlando Cruzcamarillo relata los desasosiegos de un joven poeta de Ciudad Nezahualcóyotl que decide abrir una agencia de poemas, y cuyos clie
confesiones de un vicioso (libro)
Escrito en un tono desenfadado, «Confesiones de un vicioso» nunca olvida y desmerece la gravedad de su tema: la prostitución. Su autor es un pésimo estudiante que prefirió los prostíbulos a las aulas de la universidad, los riesgos de las calles a la seguridad de cuatro paredes. Así que lo veremos deambular por el barrio más legendario y uno de los más peligrosos de la Ciudad de México, La Merced, sin más objetivo que conocer a esas mujeres que se ganan la vida alquilando —nunca vendiendo— porciones de su cuerpo. Pero este insolente «voyeur», no sólo se conforma con admirarlas en sus esquinas, sino que se sumerge con toda naturalidad a sus vidas y razones. Con este libro el autor renueva la visión de un tema que a veces se pierde en los lugares comunes. Juan Chontal Bricewicz
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el último poeta del universo (libro)
En «El último poeta del universo», Orlando Cruzcamarillo relata los desasosiegos de un joven poeta de Ciudad Nezahualcóyotl que decide abrir una agencia de poemas, y cuyos clientes solicitan desde versos amorosos hasta epitafios para sus tumbas. Conforme la historia avanza, dos voces se definen y se reflejan en una serie de contradicciones y complementaciones simultáneas. Por una parte, la representación del racionalismo tecnológico en Astoriana, el personaje femenino. Por la otra, su antítesis más obvia: el sinsentido de la locura representado por el último poeta del universo. Narrada desde la diversa peculiaridad de Ciudad Neza, esta novela presenta a un novísimo autor que ha sabido encontrar la ternura en los personajes más crudos de la urbe, que no se termina nunca.
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