Benidorm, Benidorm, Benidorm… Así suena la canción. Como una promesa. En busca de ese soñado paraíso de noches sin reloj, bronceados seductores y fiestas babilónicas, Pablo emprende su viaje desde Logroño. Con sus casi cuarenta años, su calvicie y sus inseguridades, pero sobre todo con la herida, mucho más profunda de lo que parece, del abandono de su mujer y de su hija. Dos semanas por delante, dos semanas para ser otro. Hotel Vergel, dos estrellas, especialmente indicado para familias con abuela que tararean la canción del verano. Playas abarrotadas y discotecas hasta el amanecer. De sorpresa en sorpresa, Pablo conocerá a dos viudas que van en busca de aventura; a una alemana cincuentona que pasea su estupor por piscinas y comedores; a un veterano camarero del hotel que ejerce de matrona y a otro joven, enigmático. Pero su viaje será sobre todo un descenso a su infierno interior de miedos y paranoias, y su Benidorm, Benidorm, Benidorm, se convertirá en el espejo cóncavo en que se reflejan sus propias obsesiones y el fantasma de su desamparo.

Un joven. Veinticinco años.Recientemente instalado en Alcoy para vivir con su novia. Licenciado enFilología en paro en busca de empleo, no importa que no tenga que ver con susestudios. Objetor de conciencia pendiente del servicio social. Recién abocado a la vidaadulta, el protagonista y narrador intenta sentar los fundamentos que lepermitan encarar las responsabilidades que aquélla comportan, y superar el pesode una juventud excesivamente dilatada. Como rémora, acarrea la presencia de sufamilia sobreprotectora, por quienes siente tanto desapego como ternura, y quele recuerdan el niño criminalmente vestido y con gafas de culo de vaso que unavez fue y del que quisiera huir. Como remedio contra todo, añora la infanciaidílica junto a su abuelo y, sobre todo, incluso contra esa nostalgia, escribey escribe. La novela está concebidacomo un tajo de la vida de un hombre, aparentemente escogido al azar, pero concalculada intención. En un intenso monólogo y mediante la concatenación depárrafos cortos y abruptos dotados de un raro lirismo, Pedro Maestre reproducecon fuerza el mundo del protagonista, consiguiendo que su irritación, sudesasosiego y su desamparo se revelen tan hirientes como próximos. Ganadora del Premio Nadal1996, Matando dinosaurios con tirachinas es un texto cortante sobrela superación de la condición de Peter Pan y sobre el fin de las ensoñaciones yquimeras, y supone la incorporación a la narrativa española de un jovenescritor con mucho que decir.