—¿Qué ha pasado? —preguntó Sergio—. ¿Por qué el cobaya no ha regresado de su viaje al año 2117? —Porque para octubre de ese año, nada existirá —repuso el ayudante del profesor Avernaux. —¿Quiere decir que ya no habrá vida en la Tierra? —No. Eso no le hubiese impedido al cobaya regresar. Quiero decir que no existirá la Tierra, ni ninguna otra cosa. Será la Nada absoluta… A pesar de todo, los Conquistadores de lo imposible deciden trasladarse, en un viaje a través del tiempo, a septiembre del año 2117, para tratar de evitar aquella catástrofe…

En Estados Unidos, en el pequeño aeropuerto de Champaign, mientras esperan una conexión aérea a Chicago, Sergio Daspremont y dos hermanos, Raúl y Marc Forestier, son testigos del robo de diamantes. Los ladrones, que quieren deshacerse de estos molestos testigos, deciden secuestrar a los jóvenes franceses y abandonarlos en medio del desierto mexicano. Los jóvenes aún logran regresar a un pequeño pueblo, donde se encuentran con Xolotl, un adolescente de su edad, quien declara que puede guiarlos a Uruapan, la gran ciudad más cercana.

Tras realizar otro viaje temporal, Sergio, Xolotl y Teobaldo se encuentran en el París del Terror, en el año 1793. Su misión: rescatar al Delfín, Luis XVII, hijo del ejecutado rey Luis XVI. La atmósfera histórica, el terror a las traiciones y las infidencias de esa época malsana está retratado de manera minuciosa. Una vez más, los protagonistas logran lo imposible: cambiar la historia rescatando al heredero oculto de la corona de Francia.

Sergio, Xolotl y Teobaldo esperaban pasar unas vacaciones tranquilas en Alsacia. Todo cambió el día que conocieron a Eric. Su tío, un médico retirado, investiga la herencia de los personajes. Gracias al cronoregresor, un suero muy extraño, en verdad, Serge, Xolotl y Thibaut se prestarán a una experiencia increíble: revivir, en ellos, a uno de sus antepasados. ¡Y no cualquiera! El que tiene la personalidad más fuerte; el más valiente o el más terco, el más inteligente o el más combativo… Serge acepta tomar una droga, el «cronorregresor» que cambiará su personalidad. Luego, impulsado por un instinto que ya no controla, decide cruzar el Atlántico en un pequeño velero. El cruce promete estar lleno de trampas…

Mientras exploran la región de Causses, en Francia, Sergio y sus amigos Raoul y Marc, encuentran en una gruta un lago de nitrógeno congelado. En el nitrógeno helado flota el cuerpo de un joven; por las vestimentas, se nota que procede de la Edad Media. Junto con una amiga médica, logran lo imposible: reanimarlo. El joven medieval despierta, y dice que su nombre es Teobaldo. Pero se encuentra repentinamente en un mundo que no entiende: no ha visto jamás un auto; tampoco una ciudad moderna. Creyendo que está perdido en el espacio en lugar del tiempo, Teobaldo intenta regresar a su castillo. El libro explora las peripecias de un personaje que lentamente debe aceptar que todos aquellos que conoció han muerto hace ocho siglos y que el mundo en que ahora habita está poblado de maravillas increíbles, a la vez fascinantes y peligrosas.

Cuando salen de acampada en Italia, Sergio convence a los hermanos Forestier, Xolotl y Teobaldo, de que visiten a un amigo de su padre, el profesor Lorenzo. El profesor se ofrece a albergarlos cuando una terrible tormenta golpea la región. Pero cuando un rayo cae sobre la casa, Sergio y Xolotl simplemente desaparecen sin dejar rastro. Mientras sus compañeros y el profesor los buscan en vano por la casa y el campo circundante, los dos jóvenes se levantan en el campo abierto. Y cuando finalmente sale el sol, descubren la calzada romana cercana en perfecto estado, y una legión romana que avanza por la llanura. No es una película que se está filmando, sino una nueva realidad, y los dos adolescentes ahora tendrán que sobrevivir a los días de la antigua Roma, sin esperanza de regresar…

Cuando Sergio, Teobaldo y Xolotl se ofrecen para experimentar con una máquina de exploración del tiempo, nuestros amigos no dudan. La única incertidumbre es que el salto en el tiempo de cinco mil años puede enviarlos tanto al futuro como al pasado. Pero cuando los tres aventureros llegan a una jungla sofocante, no saben qué pensar… ¿A dónde se ha ido el sol y cuál es esta barrera invisible que mata a cualquier criatura que intente cruzarla?

Sergio Teobaldo y Xolotl en una caminata al pie de los volcanes de Auvernia. Cuando terminó el día, descubrieron la entrada a una cueva. Deciden explorarlo y caen en un valle subterráneo iluminado a pleno. Descubren una civilización desconocida y extraña de la que la electricidad está desterrada, pero poblada por miles de cachorros que sirven como sirvientes y un misterioso arconte. Una vez más, el escenario está en el punto de encuentro, la aventura también y cuando nuestros amigos se descubren prisioneros de este maravilloso mundo, deben encontrar una manera de escapar de él. Philippe Ebly está sin duda en su mejor período creativo. Continúa con grandes novelas y esa es sin duda una de ellas. Nos gusta soñar con descubrir la entrada a la cueva en cuestión para sumergirnos en lo desconocido como si lo maravilloso estuviera cerca y solo tomó un poco de atrevimiento sumergirse por completo. Una palabra sobre Yvon Le Gall, también en la parte superior de su forma, que da cuerpo a la imaginación del novelista. Sus imágenes están grabadas para siempre en la mente de los lectores de la época como la encarnación definitiva de estas aventuras.

Sergio, Teo y Xolotl viajan en un barco por el Atlántico. Todo está aparentemente en calma… Pero de repente, el barco naufraga por causas inexplicables y los tres amigos se salvan en un bote. Ven una isla que se perfila en el horizonte. Unos minutos antes, cuando el barco se estaba hundiendo, no se encontraba allí… Es una isla que no figura en los mapas. Tiene un gran palacio en lo alto, rodeado por una ciudad. Está protegida por una muralla almenada y parece dormida en las primeras luces del alba. Es como un colosal decorado montado en medio del mar. Los tres conquistadores de lo imposible se dirigen a la misteriosa isla, para tratar de desvelar su secreto.

Alrededor de siete mil metros de profundidad, el Diamante Negro, una de las joyas más bellas del mundo, se encuentra en las profundidades del Atlántico. El avión que transportaba la preciosa joya, encerrado en un baúl blindado, se estrelló en el mar de los Sargazos. El punto de caída del avión es desconocido. El lugar es inaccesible para helicópteros y buzos. Acostumbrados a operaciones imposibles, Sergio y sus amigos Xolotl y Teobaldo toman una decisión increíble: «Salvaremos el Diamante Negro para dárselo al museo del Louvre». Su plan de campaña: una estratagema que desafía la imaginación.

Este es acaso el libro más logrado de Ebly. Junto a un amigo de su familia, el profesor Lorenzo, Xolotl, Teobaldo y Sergio emprenden un viaje a Marte en una nave espacial de fabricación casera. Allí encuentran una raza de marcianos telepáticos que viven en armonía con la naturaleza. Pequeños, de cuerpo esférico y largas patas, caminan torpemente entre la espesa vegetación roja. Los viajeros topan asimismo con grandes edificios, en cuyos muros ronronean grandes motores, de origen y propósito desconocidos. ¿Construidos por qué o por quién? No por los marcianos que ellos encuentran, ya que estos edificios tienen un tamaño mucho mayor, y hasta los escalones de sus vetustas gradas están diseñados para seres mucho más grandes. Ni los mismos marcianos pueden develar este enigma, que queda sin respuesta hasta el fin.Pero acaso el objeto más curioso de todo el libro es un antiguo menhir telepático, construido hace milenios, que proyecta en las mentes de quienes se le acercan una imagen del mismo sendero en que se encuentra emplazado, pero lleno de piedritas blancas, sin la hierba roja que ahora todo lo cubre.