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Literatura de plácido maría gil imirizaldu
iban a la muerte como a una fiesta (libro)
«En Iban a la muerte como a una fiesta, el padre Plácido María Gil Imirizaldu nos narra ---como testigo privilegiado que fue--- uno de los episodios más sobrecogedores de aquel
un adolescente en la retaguardia (libro)
Este libro nos ofrece un testimonio sereno y transparente de la persecución religiosa desatada en la Guerra Civil española. Su autor, monje benedictino de la Abadía de Leyre, t
iban a la muerte como a una fiesta (libro)
«En Iban a la muerte como a una fiesta, el padre Plácido María Gil Imirizaldu nos narra ---como testigo privilegiado que fue--- uno de los episodios más sobrecogedores de aquella Guerra Civil en la que se desataron todos los demonios: el martirio de los monjes benedictinos de El Pueyo, que corrieron ---en aquel Barbastro tomado por las milicias anarquistas--- la misma suerte que escolapios y claretianos, así como otros muchos sacerdotes diocesanos del lugar, con su obispo al frente. Quien busque en estas páginas una exposición truculenta de aquellas jornadas se llevará, sin duda, un gran chasco; porque las brutalidades y sevicias que sufrieron quienes pronto serían martirizados, al igual que los desmanes de sus asesinos, no importan tanto a su autor como la exaltación de las virtudes de aquellos monjes que, en la hora de la tribulación más desgarradora, fortalecidos por la oración y los sacramentos, dieron ejemplo de piedad, acudiendo a la muerte con serenidad, y hasta con júbilo: la serenidad y el júbilo que brinda la certeza de acceder a una existencia plena, como ciudadanos del cielo, en amorosa contemplación del misterio divino».
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un adolescente en la retaguardia (libro)
Este libro nos ofrece un testimonio sereno y transparente de la persecución religiosa desatada en la Guerra Civil española. Su autor, monje benedictino de la Abadía de Leyre, tenía quince años al comenzar la contienda, y se preparaba como estudiante en el monasterio de El Pueyo, en Barbastro. Esta ciudad aragonesa fue uno d e los focos más terribles de la persecución religiosa, con decenas de ejecuciones de religiosos y sacerdotes, incluido el obispo de la diócesis, Florentino Asensio. Todos los monjes de El Pueyo fueron ejecutados tras un periodo de detención, cuyo dramático relato queda reflejado en este libro. Tan sólo Miguel Gil y cuatro jóvenes compañeros salvaron sus vidas gracias a su juventud, y se vieron abocados a servir como camareros en la cantina de los milicianos anarquistas de Barbastro. Aquí arranca una serie de aventuras que sólo culminarán con el final de la guerra y el retorno de Miguel (que tomará el nombre religioso de Pácido) a la Orden benedictina.La mirada del narrador sobre el tremendo drama de la persecución religiosa nos permite comprender mejor la conciencia y los sentimientos con los que acogieron el martirio aquellos religiosos: no hay rastro de rebeldía ni de rencor, sino entrega confiada en Dios, perdón de los verdugos y ofrenda por una convivencia en paz. En el curso de la guerra, el joven Miguel descubrirá también cómo se mezclan el trigo y la cizaña: en medio de la violencia y el odio sectario, encontrará también buenas personas que lo cuidarán y respetarán sus creencias. Y a lo largo de tantos meses de añoranzas y zozobras, se mantendrá viva la fe sencilla de aquel joven testigo de nuestra tragedia nacional. Ahora, en la madurez de su vocación religiosa, nos ofrece la memoria viva de aquellos acontecimientos, con deliciosa frescura y sencillez.
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