Literatura de rafael chirbes
crematorio (libro)
La muerte de Matías Bertomeu, el ideólogo que cambió la revolución por la agricultura, pone en marcha los mecanismos que componen Crematorio. El dolor devuelve el reverso de vi
diarios. a ratos perdidos 1 y 2 (libro)
Poco después del fallecimiento de Rafael Chirbes en 2015 apareció un primer libro póstumo indispensable: la novela Paris-Austerlitz. Ahora, seis años después de su muerte, el l
diarios. a ratos perdidos 3 y 4 (libro)
Segundo volumen de los Diarios de Rafael Chirbes, que reúne diversos cuadernos escritos entre 2005 y 2007. Son los años de la lenta gestación, llena de dudas que lo llevan incl
diarios. a ratos perdidos 5 y 6 (libro)
Tercera entrega de los diarios de Rafael Chirbes, que reúnen las anotaciones de diversos cuadernos escritas entre 2007 y 2015. Estamos, pues, en el período crucial en que publi
el novelista perplejo (libro)
Con El novelista perplejo, Rafael Chirbes nos descubre las preocupaciones que cimentan su obra narrativa. Para responder a las acuciantes preguntas de qué escribir y para quién
el viajero sedentario (libro)
En El viajero sedentario el lector está invitado a un largo e intenso viaje a través del mundo. Chirbes empieza su paseo literario en las multitudinarias calles de Pekín y lo c
en la lucha final (libro)
En la novela de Rafael Chirbes, situada en el Madrid contemporáneo, desvelados por un narrador que aún no ha conseguido las credenciales para pertenecer al grupo cuyas peripeci
en la orilla (libro)
El hallazgo de un cadáver en el pantano de Olba pone en marcha la narración. Su protagonista, Esteban, se ha visto obligado a cerrar la carpintería de la que era dueño, dejando
la buena letra (libro)
Ana le cuenta a su hijo fragmentos de una vida de pequeñas miserias con las que se han tejido las relaciones personales y familiares. Sus palabras se convierten por tanto, en d
la caída de madrid (libro)
El día 19 de noviembre de 1975 el dictador Franco agoniza y, al compás de su agonía, se van escribiendo las reglas de un juego: el de la lucha por el poder que, por su naturale
la larga marcha (libro)
En esta extraordinaria novela la ubicación geográfica y temporal es absolutamente reconocible: de la España de la posguerra hasta el inicio del largo final del franquismo. Pero
los disparos del cazador (libro)
Un hombre llega al final de su vida. Pasa los últimos días en la casa en la que nunca quiso vivir y que está, sin embargo, cargada de recuerdos. Cuenta tan sólo con la compañía
los viejos amigos (libro)
Un grupo de viejos camaradas son convocados a una cena. Un día estuvieron unidos por un luminoso, aunque confuso, proyecto común: la revolución. Ahora, tantos años después, hac
mediterráneos (libro)
Hay gentes, libros y ciudades que no entendemos, pero que nos atrapan y nos obligan a visitarlos una y otra vez porque seguramente advertimos en ellos indicios de que esconden
mimoun (libro)
Un profesor de español llega a Marruecos con el vago propósito de concluir una novela. Se instala en Mimoun, un pueblo del Atlas, y allí se cierne sobre él un extraño tejido de
paris-austerlitz (libro)
El narrador de esta historia, un joven pintor madrileño de familia acomodada y afiliado al Partido Comunista, rememora, a modo de urgente confesión que posiblemente se deba a s
pecados originales (libro)
Ana, la narradora de «La buena letra» (1992), y Carlos, el protagonista de «Los disparos del cazador» (1994), les cuentan a sus hijos fragmentos de sus vidas. En el caso de Ana
crematorio (libro)
La muerte de Matías Bertomeu, el ideólogo que cambió la revolución por la agricultura, pone en marcha los mecanismos que componen Crematorio. El dolor devuelve el reverso de vidas levantadas sobre oscuros cimientos: la del hermano de Matías, Rubén, el constructor sin escrúpulos; la de Silvia, la hija de Rubén, biempensante restauradora de arte casada con Juan Mullor, el catedrático que prepara la biografía de Federico Brouard, viejo amigo de los Bertomeu, un escritor alcohólico que vive el fracaso de sus últimos días; la de Ramón Collado, el hombre que hizo los trabajos sucios del constructor; la de Traian, el mafioso ruso, viejo socio de Rubén; y la de Mónica, la jovencísima y ambiciosa esposa.Chirbes nos ofrece un panorama terrible: la corrupción como savia que recorre todo el cuerpo de una sociedad en la que la destrucción del paisaje adquiere valor de símbolo. Chirbes despliega así un mundo abandonado por los dioses en el que las palabras y las ideas son sólo envoltorios, y el arte y la literatura, juguetes inanes. Rafael Chirbes se nos muestra, en esta gran novela, más radical, más feroz, más «Francis Bacon» y mejor escritor que nunca.
diarios. a ratos perdidos 1 y 2 (libro)
Poco después del fallecimiento de Rafael Chirbes en 2015 apareció un primer libro póstumo indispensable: la novela Paris-Austerlitz. Ahora, seis años después de su muerte, el lector tiene en las manos sus diarios, que el autor revisó y preparó para su publicación. Son anotaciones recogidas en diversos cuadernos que cubren el periodo que va desde 1985 hasta 2005, es decir, desde sus inicios como escritor, antes de publicar su primera novela, —Mimoun, finalista del Premio Herralde en 1988—, hasta poco antes de su ya inapelable consagración internacional con Crematorio. Estos diarios son el autorretrato sin máscaras de un ser humano —sus dudas, flaquezas, miedos, enfermedades, enterezas, ambiciones, anhelos— y una sucesión de opiniones y vivencias relacionadas con la política, el sexo, la música, el cine y la literatura; reflexiones sobre lo que Chirbes amaba o detestaba, siempre de forma apasionada. Pero también ofrecen un privilegiado acercamiento a lo que podríamos llamar la cocina del escritor: Chirbes anota sus análisis —lúcidos y contundentes— sobre libros ajenos (entre ellos, unos diarios: los de Musil) y deja constancia de los entresijos de la creación de su propia obra, las dudas, las búsquedas estilísticas, su modo de mirar y retratar la realidad… Y asoman también los peajes de la «vida de escritor», por ejemplo en el relato de un viaje promocional por Alemania en 2004, repleto de anécdotas a veces desoladoras y en otras ocasiones grotescamente disparatadas. Sin duda estos diarios están destinados a convertirse en un clásico del género, y son un documento fundamental para completar el retrato de un escritor imprescindible de la literatura española de finales del siglo XX y principios del XXI. Como dice Fernando Valls en uno de los prólogos que acompañan esta edición: «Estas páginas están llenas de vida, a menudo descarnada, y de literatura, pues nos abren la puerta de algunos episodios íntimos, pero también nos permiten acceder a su taller de escritura. Podría decirse, por tanto, que recogen la verdad de un hombre que vivió casi siempre, hasta donde pudo cumplirlo, al margen de la mayoría de las convenciones, y la de un narrador que nunca dejó de buscar la manera de presentar la realidad al ritmo de la historia, de la sociedad y de los individuos, sujetos de un tiempo que es todavía el nuestro».
diarios. a ratos perdidos 3 y 4 (libro)
Segundo volumen de los Diarios de Rafael Chirbes, que reúne diversos cuadernos escritos entre 2005 y 2007. Son los años de la lenta gestación, llena de dudas que lo llevan incluso a plantearse abandonar la literatura, de la novela que le supondría la consagración definitiva: Crematorio.Son también años de incertidumbres personales: del abandono definitivo de su trabajo en la redacción de Sobremesa, que le da una nueva libertad; de amigos que fallecen; de fugaces encuentros sexuales, entre el deseo y la decrepitud, porque el cuerpo ya no es joven; de crecientes desengaños… Pero siguen muy vivos los entusiasmos de siempre: las películas clásicas, que traen momentos de felicidad, y las lecturas incansables, sagaces y variopintas: Montaigne, La Celestina, La Regenta, Baudelaire, los cuentos de Poe, la Suite francesa de Némirovsky, los diarios de Jünger, Ellroy… Y también los viajes a varias ciudades: Nueva York, Berlín, París, Barcelona… Siempre en guardia, siempre implacable consigo mismo y con los demás —hay aquí, por ejemplo, un severo retrato de Juan Goytisolo, con el que se reencuentra en Berlín—, siempre escabulléndose de los cenáculos literarios, de los lugares comunes y de la banalidad, expresa opiniones contundentes contra lo que llama despectivamente «literatura de alta expresión», cargada de guiños y referentes literarios, y contra no pocos escritores actuales, a los que lee con displicencia y a veces con indignación.Sin embargo, el Chirbes demoledor en sus juicios se complementa con el irónico desencantado capaz de entender las debilidades humanas, y con el escritor lleno de dudas sobre su tarea literaria: «Escribir no cura, no alivia, no saca de esa niebla, de esa rebaba que es la vida. (…) Un escritor. No el que se pasa la vida entre palabras, sino el que se pasa la vida buscando atrapar algo que está a la vez dentro y fuera de él y solo se deja atrapar mediante palabras: no, no es exacto, las palabras no lo atrapan, sino que lo revelan».
diarios. a ratos perdidos 5 y 6 (libro)
Tercera entrega de los diarios de Rafael Chirbes, que reúnen las anotaciones de diversos cuadernos escritas entre 2007 y 2015. Estamos, pues, en el período crucial en que publica las dos novelas que suponen la culminación de su carrera literaria —Crematorio y En la orilla— y en sus últimos años de vida, marcados por la enfermedad.Aparecen en estas páginas las dudas y las crisis en la escritura de estas obras fundamentales, las conversaciones con su editor barcelonés, la repercusión de la publicación y algunos desencuentros con la prensa, los peajes de la vida literaria y algunos comentarios muy ácidos sobre varios escritores coetáneos.Está también muy presente, como en las anteriores entregas, el lector voraz, apasionado tanto en sus entusiasmos como en sus rechazos, que lee a los clásicos y a sus contemporáneos. Y el espectador feliz de películas en su mayoría clásicas, además del ciudadano que reflexiona —en ocasiones con mucha indignación— sobre la situación política española.Asoma asimismo la vida cotidiana, la convivencia en la casa de Beniarbeig con Paco, cuya salud merma día a día. Y los achaques propios: los vértigos, el insomnio, la angustia y finalmente la enfermedad.La última anotación es del 28 de junio, un mes y medio antes de fallecer: «Hace meses que estoy pensando lo peor, pero no tengo muchas ganas de vivir que digamos, y calculo que no es mal momento, antes de que empiecen las limitaciones de verdad, las dependencias ajenas. Lo que sea y cuando sea, con tal de que no resulte desagradable. Luego pienso en los animalitos, en mis perros y mis gatos, ¿qué hacer con ellos? ¿Dejarlos en manos de quién? Y no tengo tan claro que el momento sea tan bueno como me había dicho antes, y pienso que ojalá no sea lo que llevo meses imaginando».Concluye este volumen la edición de unos diarios de altísimo valor literario y humano. Las palabras más íntimas de Rafael Chirbes, despojado del artificio de la ficción.
el novelista perplejo (libro)
Con El novelista perplejo, Rafael Chirbes nos descubre las preocupaciones que cimentan su obra narrativa. Para responder a las acuciantes preguntas de qué escribir y para quién, utiliza a autores como Broch, Proust, Aub, Benjamin, Pilniak, Marsé, Cernuda o Galdós, así como al pintor Francis Bacon, en un esfuerzo por desentrañar los mecanismos del uso ideológico de la producción artística y formar un mosaico sobre las contradicciones de la cultura contemporánea, incluidas la arbitrariedad con que el poder mediático alienta o silencia las corrientes artísticas, o el conjunto de intereses que son capaces de imponer una determinada forma de leer.Un libro cargado de disyuntivas: la literatura como forma de emoción o como imprescindible modo de conocimiento; como actividad privada o como acto público; como movimiento ensimismado o como parte de una historia, mediante el cual el extraordinario novelista Rafael Chirbes actualiza buena parte de las polémicas que han alimentado el debate contemporáneo sobre el sentido del arte.
el viajero sedentario (libro)
En El viajero sedentario el lector está invitado a un largo e intenso viaje a través del mundo. Chirbes empieza su paseo literario en las multitudinarias calles de Pekín y lo cierra en la contemplación de una bella y escéptica estampa mediterránea. De un extremo a otro del recorrido, media una educación sentimental. Proust dijo que las ciudades nunca son como las imaginamos antes de visitarlas.Escribir es salvar la distancia entre la imaginación y la realidad; entre lo que el viajero desea y lo que de verdad se encuentra cuando se abandona a la suerte de calles, plazas y gentes. Los mercados de Cantón, el esplendor del puerto de Hamburgo, mil veces París postal del Sena, música de mariachis en Guadalajara, el brillo deslumbrante de los rascacielos de Hong Kong, el fluir del tiempo en la Plaza Mayor de Salamanca o el desorden de la vida en Milán —por citar solo algunas de las escalas de este largo viaje—, son escenarios que, a modo de espejos (y de espejismos), devuelven la historia íntima de una ilusión que el paso del tiempo y el conocimiento han ido tejiendo y destejiendo hasta componer una forma de enfrentar la vida.
en la lucha final (libro)
En la novela de Rafael Chirbes, situada en el Madrid contemporáneo, desvelados por un narrador que aún no ha conseguido las credenciales para pertenecer al grupo cuyas peripecias relata, desfilan los miembros de una nueva clase social, los que ahora pelean en un estrecho cuerpo a cuerpo por el poder y sus migajas, y viven con el sordo y continuo temor a la caída. Amelia, importante colaboradora en una editorial, que vive con Carlos, el «rico» del grupo, pero mantiene fugaces amoríos con otros; José, escritor de éxito, que utiliza la literatura para ocultarse; Concha, su mujer, que defiende despiadadamente el espacio conquistado en una clase social superior que siempre la fascinara; Ricardo Alcántara, el enigmático personaje que, después de un largo exilio, regresa al grupo quince años después… Todos ellos paradigmas ejemplares de una clase social cuya única aspiración verdadera es subir cada día un escalón más, aunque se deleiten en recordar de vez en cuando, con pegajosa nostalgia, los días en que amaban la literatura y la justicia y soñaban con ser protagonistas en la gloriosa «lucha final».
en la orilla (libro)
El hallazgo de un cadáver en el pantano de Olba pone en marcha la narración. Su protagonista, Esteban, se ha visto obligado a cerrar la carpintería de la que era dueño, dejando en el paro a los que trabajaban para él. Mientras se encarga de cuidar a su padre, enfermo en fase terminal, Esteban indaga en los motivos de una ruina que asume en su doble papel de víctima y de verdugo, y entre cuyos escombros encontramos los valores que han regido una sociedad, un mundo y un tiempo. El bienestar y su reverso inseparable, la codicia y los falsos proyectos, convertidos en materiales de derribo. El espejo en que se mira la vida de Esteban, a su manera un hombre sin atributos, devuelve una imagen hecha de sueños rotos y de ilusiones perdidas. Nada se ha librado de la voracidad. El amor, la familia, la amistad y los códigos sociales también han formado parte del menú en este banquete de unos pocos. Como es habitual en las novelas de Rafael Chirbes, el interior de los personajes, lo que éstos piensan y sienten sobre sí mismos y sobre el mundo que habitan, se corresponde con un determinado paisaje exterior que en este caso tiene como referencia ineludible al pantano. Este, principio y final de la narración, va adquiriendo un creciente peso simbólico que, siempre sujeto a un feroz materialismo, nos ayuda a comprender las complejas relaciones que los seres humanos mantienen con su entorno y con su historia. La novela nos obliga a mirar hacia ese espacio fangoso que siempre estuvo ahí, aunque durante años nadie parecía estar dispuesto a asumirlo, a la vez lugar de uso y abismo donde se han ocultado delitos y se han lavado conciencias privadas y públicas. Heredero de la mejor tradición del realismo, el estilo de En la orilla se sostiene por un lenguaje directo y un tono obsesivo que atrapa al lector desde la primera línea volviéndolo cómplice. La variedad de recursos —monólogos, narración en tercera persona, diálogos— permite abrir el campo de la novela a otras situaciones y personajes. El perro Tom, Liliana, el oportunista Francisco, Justino y el estafador Pedrós componen una red de intereses y rencores. Después de Crematorio, la novela anterior del autor, galardonada con el Premio de la Crítica, entre otras distinciones, y considerada «una de las mejores de la literatura española en lo que va de siglo» (Ángel Basanta, El Mundo), En la orilla es una magnífica y terrible obra maestra, de todo punto inolvidable.
la buena letra (libro)
Ana le cuenta a su hijo fragmentos de una vida de pequeñas miserias con las que se han tejido las relaciones personales y familiares. Sus palabras se convierten por tanto, en duro legado para una nueva generación que quiere levantarse sobre la inocencia. La buena letra renuncia a narrar los grandes acontecimientos históricos para poner su foco de atención en lo íntimo y cotidiano, en el conjunto de gestos y silencios que marcan las vidas de unos personajes heridos por la traición y la deslealtad; los deseos frustrados y la desesperanza de un sufrimiento inútil en la medida en que sólo sirve para alimentar la voracidad de otros.
la caída de madrid (libro)
El día 19 de noviembre de 1975 el dictador Franco agoniza y, al compás de su agonía, se van escribiendo las reglas de un juego: el de la lucha por el poder que, por su naturaleza imprevista, coloca todo acto al borde de un precipicio. A él se asoman los personajes de La caída de Madrid y se enfrentan al futuro con el grado de incertidumbre, de certeza o de frivolidad al que lo condena su pasado, en un intento de salvación (o de traición). Juega aquí un papel primordial, como contrapunto que sostiene una estructura narrativa compleja, la dialéctica de clases sociales, a partir de la cual se narran las vidas de personajes que se entrecruzan a través de diversas tramas que crean esa ilusión de vida a que debe aspirar toda novela. Así, el peso de los estragos del tiempo y el recuerdo de la infancia del empresario don José Ricart; el miedo del comisario Maximino Arroyo cuando contempla su futuro en el de los pides, los policías portugueses, y enloquece, al mismo tiempo, por el amor de Lina; la renuncia del profesor Chacón a una España que ya no es la suya a su vuelta del exilio; las contradicciones del universitario Quini, debatiéndose entre su pertenencia a una clase social y sus devaneos ideológicos.
la larga marcha (libro)
En esta extraordinaria novela la ubicación geográfica y temporal es absolutamente reconocible: de la España de la posguerra hasta el inicio del largo final del franquismo. Pero en La larga marcha lo reconocible no es algo dado, fosilizado o cerrado. La mirada narrativa de Rafael Chirbes pone en evidencia los oscuros e incómodos mecanismos personales y colectivos de nuestra historia; las claves narrativas de una historia que una y otra vez sale del olvido y se hace carne: novela. El amplio y ambicioso horizonte narrativo que el libro aborda se acomoda en dos grandes bloques: la posguerra española y la resistencia antifranquista de los años sesenta. Dos generaciones caminan delante de un espejo que no devuelve imágenes gratas o autocomplacientes. Hombres y mujeres que se reparten el dolor y la humillación de la derrota (y en algún caso, los despojos y el botín) mientras aprenden la dura tarea de sobrevivir y salir adelante. La juventud universitaria que intenta tomar conciencia —en clave marxista— mientras aprende a construirse contra un pasado que inevitablemente forma parte de su herencia. Sobrevivir y actuar. Derrota y vanguardia. Cenizas y fuego. Novela de personajes, novela de generaciones, novela de grandes y mezquinas pasiones. Novela sobre las grandes y las pequeñas palabras. Y una novela que consigue sortear las tentaciones de la nostalgia y del idealismo tierno y sentimental sin caer en la caricatura novelesca o en la complicidad autosatisfecha. Una novela que aspira a decirnos de qué obras ajenas y propias somos hijos. Una novela llena de personajes levantados con una maestría narrativa en la que reconocemos las capacidades pertinentes de todos los grandes novelistas. La capacidad para revelar y dar a conocer los hilos y nudos de relación entre vidas aparentemente dispares. El talento para descubrir la constelación de miedos, deseos y aspiraciones que construyen a cada personaje. La habilidad estilística para volver concreto lo inconcreto —el sentimiento hecho imagen, gesto, rasgo— o para llenar de emoción una metáfora. La capacidad para volver significativo lo aparentemente anodino. Estamos frente a una de esas novelas que los lectores reclaman a los autores de su tiempo, frente a una de esas novelas que se esperan. Y en este caso no se trata de una espera decepcionada. La fuerza constructiva que el libro muestra: planos, lenguajes, hechos, secuencias, ecos, rimas narrativas, alcanza logros poco habituales. Estamos ante una cumplida ambición narrativa de primer orden. Una novela apasionada que exige una lectura apasionada. Una novela que confirma a Rafael Chirbes como una de las grandes voces narrativas de nuestra literatura. Una novela que hay que oír.
los disparos del cazador (libro)
Un hombre llega al final de su vida. Pasa los últimos días en la casa en la que nunca quiso vivir y que está, sin embargo, cargada de recuerdos. Cuenta tan sólo con la compañía de un criado cuya inquietante fidelidad le lleva a una permanente sospecha acerca de las razones de sus propios actos y del sentido de su existencia. Desde ese último recodo del camino busca construir el rompecabezas de su pasado. Recuerda sus modestos inicios, su ascenso económico y social en el Madrid de la inmediata posguerra, sus amantes y amigos. En algún lugar del trayecto se le perdió el alma y se le desvaneció el amor. Ahora intuye una culpabilidad difusa sobre la que se ha ido levantando la voracidad de los inocentes: su mujer —ausente y vacía: un caparazón—, sus hijos —cultos y progresistas—, su nieto. En «Los disparos del cazador», Chirbes vuelve al espacio moral de sus anteriores novelas. Nos habla en un tono tenso de una generación que se reclama «inocente», pero que se ha construido sobre los cimientos que pusieron las «manos sucias» de otros. Una generación en la que la rebeldía ha sido una forma de estética, la cultura un maquillaje de las corrupciones de cada día y el gusto artístico una frontera para subrayar las diferencias. En esta historia, que atrapa desde las primeras líneas, todo está cuidadosamente hilado, sutilmente insinuado, en un riguroso ejercicio de tono y de economía literaria, y pesa tanto lo que se silencia como lo que se cuenta. En resumen, la construcción de un testamento del que nadie quiere sentirse heredero.
los viejos amigos (libro)
Un grupo de viejos camaradas son convocados a una cena. Un día estuvieron unidos por un luminoso, aunque confuso, proyecto común: la revolución. Ahora, tantos años después, hacen repaso de sus existencias. Las voces se suceden, matizan y contradicen unas a otras para tejer una tupida red de vidas cruzadas que se traban en un juego de contrapuntos revelador de las trampas de la memoria. «Los viejos amigos» propone una reflexión sobre la condición humana y las posibilidades del individuo de intervenir en el curso de la historia, a la vez que saca a relucir las contradicciones que surgen del enfrentamiento entre las miserias privadas y el vacío de ciertos discursos ideológicos.
mediterráneos (libro)
Hay gentes, libros y ciudades que no entendemos, pero que nos atrapan y nos obligan a visitarlos una y otra vez porque seguramente advertimos en ellos indicios de que esconden algo que buscamos. Estambul, Venecia, Roma, Alejandría, Creta o Valencia son algunos de los hilos que forman el deslumbrante tapiz de los Mediterráneos de Rafael Chirbes: a la vez rico espacio geográfico, tumultuoso escenario de la historia y fuente de inspiración literaria. En esta colección de textos, se nos propone un fructífero recorrido que nos traslada a los perdidos paraísos de la infancia, para devolvernos a esa última costa en la que se desvanecen todos los caminos. Con su escritura, Chirbes se reclama deudor de una sabia tradición milenaria alimentada por múltiples generaciones de marineros, comerciantes, pastores, agricultores y guerreros, pobladores de las orillas de este mar luminoso.
mimoun (libro)
Un profesor de español llega a Marruecos con el vago propósito de concluir una novela. Se instala en Mimoun, un pueblo del Atlas, y allí se cierne sobre él un extraño tejido de relaciones en el que los personajes se mueven, tropiezan y desaparecen como bolas de un billar americano. Francisco, Hassan, Aixa, Rachida o Charpent son para Manuel, el narrador-protagonista, seres enigmáticos sobre los que proyecta su propio desconcierto. Pero es Charpent, un misterioso exiliado, quien, con su proceso autodestructor, le ofrece a Manuel el contrapunto más exacto de su propio destino, resumido en las palabras de Rilke: «Oh, Señor, concede a cada cual su propia muerte.»
paris-austerlitz (libro)
El narrador de esta historia, un joven pintor madrileño de familia acomodada y afiliado al Partido Comunista, rememora, a modo de urgente confesión que posiblemente se deba a sí mismo, y en la que a ratos parece justificarse, los pasos que le han llevado al último trayecto de su relación con Michel. Michel, el hombre maduro, de cincuenta y tantos, obrero especializado, con la solidez de un cuerpo de campesino normando; el hombre que lo acogió en su casa, en su cama, en su vida cuando el joven pintor se quedó sin techo en París; Michel, cuya entrega sin fisuras le devolvió el orgullo y lo libró del desamparo, hoy agoniza en el hospital de Saint-Louis, atrapado por la plaga, la enfermedad temida y vergonzante. En el principio fueron los días felices, los paseos por las calles de París, las copas en el café-tabac mientras duraba el sueldo, el alcohol y el deseo, el placer de amarse sin más ambición que la de saberse amados.
pecados originales (libro)
Ana, la narradora de «La buena letra» (1992), y Carlos, el protagonista de «Los disparos del cazador» (1994), les cuentan a sus hijos fragmentos de sus vidas. En el caso de Ana, el final de la guerra y la derrota, el esfuerzo por mantener la dignidad en los tiempos sombríos del franquismo. En el de Carlos, su ascenso social cargado de traiciones, sus infidelidades, el dinero conseguido de forma dudosa. Ambas novelas componen un díptico de lucidez deslumbrante: nos hablan de la herida que se abre incurable entre vencedores y vencidos. Veinte años después de haber sido escritas, estas dos «nouvelles» se cargan con nuevos sentidos, al tiempo que mantienen toda su excelencia literaria. La crítica internacional las ha considerado dos pequeñas obras maestras y, para muchos lectores, se trata de las más perfectas narraciones de Chirbes.