Ángela había sido enviada a la tierra. A proteger a un soldado elegido. Un cruzado de fe, protegido por Dios. Un soldado de verdad, por la paz. Pero no iba a ser fácil. Ángela debía ocultar sus alas. Ángela era una mujer en el medievo. Ángela no sabía nada de la tierra… … y Ángela era guapa y joven. La victima perfecta de los depredadores. Primero, debía acercarse al Soldado. Solo así podría protegerlo. La idea era simple. Infiltrarse en el servicio del Castillo. Seducir al soldado. Y casarse con él. Pero todo se complica…

Ángela era una guerra divina. Elegida por Dios para proteger. En este caso, a un Cruzado. Pero ella acabo casándose con él. Y el acabo protegiéndola a ella. Evitando que se descubriera su identidad… … hasta que fue inevitable. Hasta que Angela extendió sus alas. Ahora, ella debía protegerle a él. Pero si quería estar con él… … si quería quedarse con él. Debería conocer a todos. A los humanos. A Dios. A él. Y a si misma.

Ángela era un ángel guerrero. Enviada a la tierra… … para proteger a un hombre. Y acababa de casarse con él. Pero entonces, todo se complica. Aún más, si era posible. Casi descubren quien es en realidad… … y quieren acabar con ella. Ahora, él debía protegerla a ella.

Scarlett era una bruja por nacimiento. De las de verdad. Llena de magia. Llena de secretos. Llena de hechizos. Como su madre. Y su abuela antes. Pero intentaba vivir una vida normal. Enamorada, por supuesto, de un humano. Arthur. Un buen hombre. Pero las brujas no podían llevar una vida normal. Perseguida. Cazada. Deseada. Y prometida a la mano de otro. Scarlett era la más bella de las brujas. Y el Diablo la quería para él. Y solo para él.

Halloween. La noche de los muertos. Y un día único en México. Sobre todo, para Victoria. Victoria había fallecido. Un trágico accidente. Pero ahora, había vuelto. De la tumba, literalmente. Seguía siendo bella. Seguía pareciendo mortal. Salvo por aquel maquillaje. El que todos llevaban esa noche. Pero solo tenía una noche. Una noche de vida. Una noche prestada. Antes de caer sin vida, de Nuevo. Pero podría volver 1 día al año… … si jugaba bien sus cartas esa noche. Si recuperaba a su amado. Si lo conquistaba, para siempre.

Aaron era un empresario de éxito. Sin embargo, había salido de la nada. Sin infancia. Sin pasado. Su casa era un Tesoro. Lleno de riquezas, apartado. Y con visitas frecuentes. De mujeres. Alice era la siguiente. Pero iba a descubrir la verdad. Que Aaron, no era Aaron. Sino Aegon. Que no tenía 30 años, sino 1000. Y que había despertado… … para reconquistarlo todo. Incluida a ella.

Alexa era joven, atractiva… E importante. Muy importante. La hija de un gran político. Protegida, mimada, y PROHIBIDA. Arturo era un empresario. De alto renombre. Joven. Que se hizo a si mismo. Uno con gustos… ocultos. Hay gente que no puede dar la cara. Gente importante. Y deben llevar máscaras. Para eso está El Club Rojo. Un club privado. Selectivo. Donde nadie sabía quién era quien. Pero… eso iba a cambiar. Arturo descubrió a Alexa. Y Alexa a Arturo. Y la prensa a los dos. Ya habían tenido sexo juntos. En el club. Iba a ser un escándalo. Pero aún estaban a tiempo.

Cualquiera soñaría con tener a Elvira. Y a la vez, nadie quería estar con ella. Su cuerpo estaba hecho para el placer. Sus dientes, para la muerte eterna. Elvira era una antigua vampiresa. Convertida a la fuerza hace siglos. Y desde entonces… vive para comer. Pero el tiempo la hizo… exigente. Con el tiempo, necesitaba beber menos. Y con el poder, la sangre no era un problema. Esclavos, bolsas de sangre, voluntarios… Pero Elvira exigente. Su nueva presa era Marcos. Atractivo, millonario, y un vividor. Primero, debía seducirlo. Y después… acabar con él. Al menos, con una sonrisa en la cara. Tras una pequeña sesión de placer. Pero, ¿y que pasa tras la muerte? ¿Podría tener aun uso para Marcos?

Moira era una mujer prometedora. Con buenas curvas, atractiva. Seductora, indomable. Pero también era peligrosa. Mucho. Era la Bruja Suprema del reino. En secreto, por supuesto. A puerta cerrada. Pero era la nueva Bruja del Rey. Su mano derecha. Y a efectos reales, la líder del país. Una lástima que se enamorase del príncipe. Una lástima que la descubriesen… … acostándose con él. Iba a costar salir de esa. Pero para una cosa, poco era imposible. O no. Descúbrelo.

Astra era una legionaria. Una mujer de fuego. Una guerrera nata. Pero una mujer. Enamorada de su líder. Nefesto, Señor de la Noche. Un conquistador sin piedad. Que no sabía ni que existía. Hasta que la descubrió. Hasta que le salvo la vida. Y hasta que la hizo suya. Su juguete personal.

Amanda era joven, bella. Rubia, deliciosa. Deseada. Modelo. Hija de políticos importantes. Era lo que cualquier rico quería. Y era lo que Vlad tendría. Pero Vlad no era un mero rico. Vlad era un rico… inmortal. Oscuro. Secretista. Y aun así, conocido. Vlad solo salía por la noche. Y de noche, la conoció. Se obsesiono en seguida. No tardo en tomarla. Y sentada en su trono… … en su ático. Lo descubrió todo. Ahora era suya. Para siempre.

Alana era una feérica del bosque. Una ninfa y súcubo de la naturaleza. Su misión era simple. Guiar a los perdidos. A los malos, hacia la muerte. A los buenos, hacia la salida. A los muy buenos… a su hogar. Aldor fue uno de ellos. Y quizá fuera el último. Noches de placer en su cabaña. Dos mundos por descubrir… … y dos mundos descubiertos.

Vicky era la jovencita perfecta. Curvas de infarto, labios carmesí. Traje gótico apretado, pecho generoso. Actitud de muñeca adorable. Una joven noble en la sociedad Victoriana. Y el Nuevo capricho de un barón especial. Atractivo, deseado, podrido de dinero. Pero con unos gustos muy selectos. Gustos que Vicky podía saciar.. Su muñeca que poder usar. Disfrutar. Y quizás, mucho más que eso.

Paz, Diosa de la Armonía y la Calma. Fuego, Dios la Pasión y la Destrucción. En teoría, rivales jurados en La Matriz. En la práctica… algo muy diferente. Paz no podía existir sin Guerra. Sin él, nadie la valoraría. Sin él, moriría en el olvido. Pero por supuesto, le odiaba. Guerra, en cambio, amaba a Paz. Estaba perdidamente enamorado. Era su final, su objetivo, su deseo. Y aquello que nunca podía alcanzar. Hasta que Sueño les concedió un descanso. Hasta que todo se paró, por un momento. Hasta que pudieron hablar, a solas… … sin problemas activos de por medio. Y entonces, todo se complicó. Paz y Guerra no podían existir sin el otro. Pero no podían estar juntos. Hasta que lo estuvieron. Y todo, desde La Matriz hasta El Mundo… … amenazaban con desaparecer. Y todo por amor. Por deseo.

Adéntrate en ‘Better Life’. Vista. Oído. Olfato. Tacto. Gusto. Más real que la vida real. Más interesante. Más satisfactoria. Sé quién siempre has querido ser. Disfruta de tu vida ideal. Cumple tus fantasías más salvajes. Nuestra versión 3.0 incluye a Kira. Kira es tu novia perfecta. Sabe cocinar. Comer. Tragar. No escupe. No se queja. No necesita ir de compras. No necesita que la escuches. Sólo quiero darte placer. Y siempre está ahí para ti. Siempre tiene ganas de ti. Siempre. Para ti. Sólo. Bienvenido, Austin. Usuario, Hunter. ¿Aceptas la actualización, Hunter? Solo una pequeña advertencia… Kira es la novia perfecta. Eres todo su momento. Solo quiere complacerte. Recuerda hacer pausas cada hora. ‘Better Life’ no se hace responsable… … de lo que pueda pasar… … si no sigues las pautas de seguridad. Disfruta de tu estancia.

Emma era una noble Victoriana. Una princesa de cuento. Virgen, protegida, y escogida. Su futuro marido, William. Sin embargo, ella no amaba a su marido. Un criminal. Un jefe de la mafia. Fue entonces cuando la secuestraron. El jefe de la mafia rival en persona. James. James era otro criminal, por supuesto. Pero era todo lo que Emma había querido. Un hombre viril, firme y considerado. Cruel pero bueno. Atento pero descarado. Y quizás, solo quizás, se enamoraría de él. No sin antes ser desposada, desvirgada… … mucho antes de ningún matrimonio.