Una llamada de larga distancia desde una ciudad de Texas el día de su cumpleaños le da a Benjamin Dill la noticia de que su hermana también es su cumpleaños, nacieron exactamente con diez años de diferencia ha muerto en la explosión de un coche bomba. Es el jefe de policía que llama. Felicity Dill trabajaba para él; ella era detective de homicidios. Dill está allí esa noche y da comienzo a la tenaz búsqueda de su asesino. Lo que encuentra no le sorprende, porque Benjamin Dill nunca se sorprende de las cosas horribles que hará la gente, pero es una verdadera sorpresa para el lector.

Todo se inicia cuando Randall Pierce, un extraño millonario que pasea a sus perros por Malibú, ayuda Artie Wu que ha caído tras pisar un pelícano muerto. Así va a caer en las manos de Artie Wu y Quincy Durant. Dos personajes inolvidables de la nueva picaresca norteamericana. Ahí arranca la locura: actrices secuestradas, bandas mafiosas que se apoderan de ciudades, funcionarios públicos con pocos escrúpulos, botines perdidos. Y sobre todo, el encuentro con los personajes más brillantemente trazados de la nueva narrativa norteamericana: un sucesor al trono imperial chino desempleado, y un misterioso huérfano lleno de cicatrices. ¡Ross Thomas en la que él califica como su mejor historia…!