El homicidio es siempre una abominación, pero hay algo excepcionalmente inquietante en la víctima descubierta en un lugar alto y solitario, un cadáver con la boca llena de arena, abandonado en una escena del crimen aparentemente carente de huellas o pistas útiles. Aunque va en contra de su buen juicio, el teniente de la policía tribal navajo Joe Leaphorn no puede evitar sospechar de la mano de un asesino sobrenatural. Hay una maldad palpable en el aire, y la persecución de Leaphorn de un Lobo-Bruja le lleva a donde incluso los hombres más valientes temen, a una pista escalofriante que serpentea peligrosamente entre el misticismo y el asesinato.

Una misteriosa secta india… la extraña muerte de algunos de sus adeptos… y el sargento de policía navajo Jim Chee, que de nuevo pone a prueba su sagacidad, su intuición y el amor a su pueblo.Un atentado aparentemente sin sentido sobre un indio, enfermo terminal de leucemia; una caja sin valor, también aparentemente robada a un multimillonario, hacen aflorar un pasado de codicia, falta de escrúpulos y muerte. Jim Chee estará obligado a desvelar aquel pasado, que regresa con su mortífera carga y que culminará con una dramática caza del hombre.Buen conocedor de la cultura navaja, con un talento extraordinario para la acción y la intriga, Tony Hillerman ha sabido combinar sus habilidades para crear una obra dinámica, bien construida, apasionante, siempre en torno de un inolvidable protagonista, Jim Chee —que ya apareció en La conspiración de las máscaras y en Vendaval de tinieblas, también editadas por Grijalbo— y de la vida y costumbres de los actuales navajos, confinados en reservas.

En 1998, tres bandidos fuertemente armados salieron de los cañones de Four Corners en una camioneta robada, Mataron a un policía, sostuvieron un tiroteo con perseguidores y, finalmente, escaparon a una persecución que llegó a reunir a cientos de agentes de más de veinte organismos estatales y federales. El delito y la desatinada investigación del FBI dejaron una secuela de misterios: ¿Por qué se suicidó uno de los bandidos? ¿Cómo escaparon sus compañeros? ¿Por qué nadie, en una comunidad tan pobre, ha reclamado todavía la enorme recompensa ofrecida por el gobierno? Y, lo que es más confuso aún ¿qué delito iban a cometer cuando el agente Dale Claxton los detuvo, pagando por ello su vida? Tony Hillerman encarga este auténtico rompecabezas a sus agentes de la policía tribal navaja, el sargento Jim Chee y el lugarteniente Joe Leaphorn. En la actualidad, el recuerdo de la desafortunada persecución de 1998 permanece dolorosamente fresco.

Esta novela narra los sangrientos sucesos que el destino entreteje en torno a Henry Highhawk, un conservador del museo Smithsoniano (Washington) de ascendencia navajo, empeñado en reivindicar los derechos de su pueblo mediante una macabra profanación de tumbas, así como el terrible enfrentamiento entre opositores al régimen chileno y funcionarios diplomáticos de ese país.A partir de un asesinato aparentemente sin solución, dos policías desvelan una trama cuyos hilos conducen a un inesperado desenlace, en una veraz descripción de las costumbres del pueblo navajo y una evocación maestra de la belleza del Oeste americano. Todo ello de la mano de un autor al que el prestigioso Globe de Boston calificó de «fino y original estilista», y cuya novela anterior —El ladrón del tiempo— fue considerada por el crítico de USA Today como «literalmente genial».

La chamán ciega llamada La mujer que escucha habla de brujas y espíritus inquietos, de un mal sobrenatural desatado. Pero el teniente Joe Leaphorn, de la Policía Tribal Navajo, está seguro de que el monstruo que masacró salvajemente a un anciano y a una adolescente era humano. La solución a un crimen espantoso está enterrada en algún lugar de los secretos de un hombre muerto y en los impactantes acontecimientos de cien años atrás. Sin embargo, ignorar las advertencias de un venerable vidente podría ser una imprudencia cuando la investigación de Leaphorn lo aleja de lo comprensible… y lo acerca al enfrentamiento más brutalmente violento de su carrera.

La misma plaga que diezmó Europa en el siglo XIV amenaza con desencadenarse hoy en las tierras altas y áridas del Sudoeste norteamericano. Pero el policía navajo Jim Chee y su mentor, Joe Leaphorn, descubren que un homicida aún más mortífero acecha en la reserva. Cuando el teniente Chee atrapa a un cazador furtivo de águilas hopi con las manos en la masa —agazapado sobre el cuerpo ensangrentado de un joven oficial de la policía tribal de los navajos—, parece que se trata de un caso claro. Incluso los agentes federales están de acuerdo, y parece que el hopi irá directo a la cámara de gas. Hasta que aparece Joe Leaphorn y obliga a reabrir el caso. Leaphorn, ya retirado de la Policía Tribal, ha sido contratado para encontrar a Cathy Pollard, una impetuosa bióloga que desapareció en la misma zona apartada el mismo día en que el policía navajo fue asesinado. ¿Es sospechosa?¿O una víctima? ¿Y qué piensan Chee y Leaphorn del informe que dice que una hechicera navaja fue vista en la misma zona y en el mismo momento?Esta es la novela más escalofriante y bien escrita del maestro del suspense ambientado en el Sudoeste de los Estados Unidos, en el territorio de los indios navajos.«Un apasionante capítulo de la evocativa serie que Hillerman ambienta en la vasta reserva india situada entre Arizona y Nuevo México» (New York Times Book Review).

La llegada de una arqueóloga a una reserva de los navajos y el descubrimiento de que las ruinas han sido saqueadas darán pie a la investigación de varios crímenes misteriosos en los que parecen haber intervenido fuerzas ocultos. «Ladrón de tiempo» cautiva al lector desde sus primeras páginas por su fascinante ambientación y su trama perfectamente elaborada, y le permite adentrarse en la obra de una de las figuras más destacadas del actual panorama del género policíaco, Tony Hillerman, de quien en esta misma colección ya se ha publicado la novela «Los espíritus del aire».

Jim Chee, de la Policía Tribal de la reserva de los navajos, y el teniente Joe Leaphorn deben investigar juntos un crimen que les conducirá al oscuro y místico mundo de la brujería india.

Dos chicos nativos americanos se han desvanecido en el aire, dejando un charco de sangre tras ellos. El teniente Joe Leaphorn, de la Policía Tribal Navajo, no tiene más remedio que sospechar lo peor, ya que la sangre que mancha el reseco suelo de Nuevo México corrió en su día por las venas de uno de los desaparecidos, un joven zuñi. Pero su investigación sobre un terrible crimen se complica por una importante excavación arqueológica… y una aguja hipodérmica de acero. Y las singulares leyes y los sagrados ritos religiosos del pueblo zuñi están poniendo obstáculos infranqueables en el ya retorcido camino de Leaphorn, permitiendo que un cobarde asesino eluda la justicia o, peor aún, que vuelva a matar.

“Sólo un policía navajo puede descubrir el enigma”. Tony Hillerman “Los novelas de Tony Hillerman están bien armadas anecdóticamente, llenas del encanto del mundo indio y de las sensaciones del desierto”. New York Times “Rara vez espero a que un novelista me resuelva la trama, suelo llegar yo antes. Eso nunca me ha pasado con Hillerman”. John D. McDonald

Nada hacía prever que la búsqueda de un presunto gamberro embadurnador de rocas podría ser el detonante de una cascada de asesinatos. Comenzando por el de Delbert Nez, policía amigo de Jim Chee; y eso que éste no tardó en detener al sospechoso número uno, un viejo navajo borrachín llamado Pinto, experto en las tradiciones de su pueblo. Pero ¿por qué Pinto se encierra en un absoluto silencio? ¿a qué se debe el interés por él de distinguidos profesores universitarios? Y sobre todo, ¿por qué no se detiene el lento goteo de asesinatos? Chee deberá aplicar a fondo su ingenio, que le llevará a rastrear en un pasado de violencia y en un presente de codicia. Dinámica, apasionante, bien construida, Un coyote acecha es una muestra más de la fértil imaginación y del talento narrativo de Tony Hillerman.

El sargento Jim Chee, de la policía tribal de los indios navajos, es el encargado de llevar a cabo una investigación para descubrir al autor de los continuos atentados que se han venido perpetrando contra el depósito del agua que abastece la zona. Una noche, mientras Chee deambula por los alrededores del depósito, haciendo sus pesquisas, presencia cómo se estrella un avión que intentaba aterrizar en el lugar. Al acudir en su ayuda alcanza a ver un coche que se aleja rápidamente de allí, dejando tras de sí dos cadáveres y llevándose la valiosa carga que transportaba el avión. Todos los indicios revelan que se trata de un asunto de drogas. La trama se complica al aparecer, en tierras de la reserva, el cuerpo mutilado y sin vida de un indio del que se desconoce su identidad.