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Literatura de walter f. otto
dioniso. mito y culto (libro)
Más de medio siglo después, la obra de Walter F. Otto sigue siendo referencia obligada para todo estudioso de la mitología griega, aunque las tesis que defienda se aparten sign
epicuro (libro)
Walter F. Otto, en este pequeño libro, proyecta lo mejor de su pensamiento y nos deslumbra con su increíble potencia narrativa. Una de las principales razones de su excepcional
las musas (libro)
A Welter F. Otto (1874-1958), más que como a un estudioso del mito, sería más justo considerarlo un “teólogo” de la religión griega —tal como lo señala F. Jesi— en tanto estima
los dioses de grecia (libro)
Pocos son los libros capaces de captar, con tanta sutileza y vigor, la esencia de los dioses griegos como éste de Walter F. Otto (1874-1958), considerado ya desde su primera pu
dioniso. mito y culto (libro)
Más de medio siglo después, la obra de Walter F. Otto sigue siendo referencia obligada para todo estudioso de la mitología griega, aunque las tesis que defienda se aparten significativamente de los enfoques habituales. Su profundo y preciso conocimiento de las fuentes y la cultura griegas son admirables, pero esto no le impide atacar despiadadamente las diferentes hipótesis racionalistas en su intento de adecuar artificialmente a la mentalidad moderna lo que para él representa la verdadera esencia religiosa del espíritu griego, que, como argumenta en esta obra clásica, sólo puede conocerse entendiendo el sentido primigenio del antiguo culto ceremonial y del mito.
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epicuro (libro)
Walter F. Otto, en este pequeño libro, proyecta lo mejor de su pensamiento y nos deslumbra con su increíble potencia narrativa. Una de las principales razones de su excepcionalidad es que se aventura a maridar dos posturas consideradas irreconciliables: el materialismo más puro y la absoluta certeza de la existencia de los dioses. Para ello recurre a uno delos filósofos más importantes y peor comprendidos del pensamiento griego tardío: Epicuro. Otto arremete, con una economía expresiva portentosa, contra el cúmulo inveterado de clichés que se han esparcido a lo largo de los siglos sobre el ateísmo y el hedonismo epicúreos. La postura filosófica que proclama el máximo placer como fin supremo de la vida es iluminada por Otto a partir de una exégesis detallada de los fragmentos del propio Epicuro y de las noticias que nos legaron otros grandes pensadores, como Lucrecio en su De rerum natura. El placer nada tiene que ver con una escalada libertina, sino que se relaciona con la ausencia de dolor; lo que se busca es bienaventuranza y serenidad. De igual forma, el materialismo epicúreo desemboca en una visión divina de la existencia: recordemos que los dioses están hechos de los átomos más sutiles que pueden existir. Otto parte de una premisa indispensable: la libertad sólo es posible si nos acompañan los dioses, ya que nos alejan de la estupidez humana y nos acercan a su esfera, que es pura luz y libertad. En sus propias palabras, «el culto epicúreo es la religión del hombre superior, el hombre capaz de soportar que todo acontecer terreno no les concierna a los dioses. Ésta es la más pura de las devociones, la originaria. El materialismo radical, lejos de cuestionar la creencia epicúrea, la protegió de las esperanzas, deseos y temores humanos que sólo podían turbar la grandiosa imagen de los dioses».
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las musas (libro)
A Welter F. Otto (1874-1958), más que como a un estudioso del mito, sería más justo considerarlo un “teólogo” de la religión griega —tal como lo señala F. Jesi— en tanto estima que el mito helénico representa un aspecto de lo que el hombre percibe del rostro de la deidad. Su propósito en el presente ensayo, lejos de intentar una explicación racional del mito de las Musas, se centra en indagar, en torno de dichas figuras, el origen divino del canto y del mito. Destaca la importancia de corregir el error del mundo moderno de considerar a los mitos helénicos como elemento factible de explicar racionalmente, siendo que los griegos, lejos de buscar el mito, lo aceptaron como tal. Rescata asimismo la importancia, un tanto relegada a segundo plano por la corriente “racionalista” del hombre moderno, de la religión griega, del mito griego; señala su categoría esencial, puesto que es la religión del Ser.
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los dioses de grecia (libro)
Pocos son los libros capaces de captar, con tanta sutileza y vigor, la esencia de los dioses griegos como éste de Walter F. Otto (1874-1958), considerado ya desde su primera publicación en 1929 hasta su última revisión de 1965 como un clásico incuestionable en la materia. Su obra posee la rara virtud de hacernos revivir la claridad armoniosa de una cosmovisión, tan extraña al hombre moderno, como es la de los mitos griegos, tratando de aproximarnos en lo posible al espíritu original del pensamiento que los concibió. Su autor ve imprescindible explicar la evolución de la religión antigua, telúrica, donde domina la Madre Tierra y la realidad de la muerte, y lo masculino está supeditado a lo femenino, hasta llegar al nuevo espíritu homérico que mira la existencia con otros ojos. La magia es superada, y los dioses se separan de los elementos naturales para convertirse en prodigiosas figuras, llenas de significado, en las que el ser múltiple de la naturaleza encuentra su expresión más elevada. Otto describe los detalles que caracterizan a cada uno de los dioses del Olimpo, deteniéndose especialmente en Atenea, Apolo, Artemis, Afrodita y Hermes. En ninguna parte Homero formula conceptos dogmáticos —sus dioses son demasiado naturales para conceder un valor moral único— pero expresa vivamente respuestas claras sobre la vida y la muerte, sobre el hombre y dios, la libertad y el destino. Su visión penetra en el ser y comprende toda la existencia.
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