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Arlie Thompson colocó la chaqueta en el respaldo de la silla. Era un hombre muy ordenado. —¿Qué tal anoche, Arlie? —le preguntó Sally, su compañera de mesa. —La resaca no me ha

Atravesó a empujones la Quinta Avenida. Chocó con varios transeúntes, pero siguió corriendo sin volver la cabeza. Sabía que le estaban siguiendo. Tomó aliento junto a una esqui

El yate de míster Carmody, de cuarenta metros de eslora, navegaba majestuoso por las aguas del mar Negro. De vuelta ya de la isla de las Serpientes, frente a las costas de Rusi

—PAPÁ, llevas una semana sin parar. No recuerdo haberte visto nunca tan viajero. —No sé por qué dices eso, James. Sabes que siempre me han gustado muchos los viajes. Y desde qu

—Buenos días, señores. Jean Paul Maubert soltó la voluminosa carpeta que llevaba entre las manos sobre la mesa y echó un vistazo a los rostros de sus alumnos que le seguían con

Mauricio y Pedro son amigos desde siempre, y ello a pesar de que este último sufriese el varapalo de ver cómo su querida novia se enamoraba de Mauricio y se casaba con él. Blan